jueves, 10 de febrero de 2011

Frutas rojas ricas en antioxidantes

Estos compuestos intervienen en las cualidades sensoriales de las frutas rojas y entre sus beneficios mejorarían la tensión arterial
Las antocianinas y los flavonoles intervienen en las cualidades sensoriales, como los colores intensos y sabores ácidos de los frutos rojos.
Las frutas rojas, también conocidas como frutos del bosque ofrecen una fuente importante de vitaminas, minerales y antioxidantes. Si bien comparten con el resto su composición común abundante en agua y nutrientes reguladores, particularmente las Grosellas, arándanos, moras, endrinas, frambuesas y fresas contienen fibra, vitaminas, minerales y oligoelementos, además de variedad de fitoquímicos. Pero la mayor diferencia la aportan los flavonoides, compuestos bioactivos que intervienen en las propiedades sensoriales de las frutas y que resaltan por su papel antioxidante.
Un estudio reciente, basado en la técnica observacional, analiza la relación entre el consumo habitual de diferentes clases de flavonoides y el desarrollo de hipertensión. Sus conclusiones consolidan el papel preventivo de los alimentos ricos en estos compuestos.
En la naturaleza existen más de 6.000 compuestos diferentes de los denominados flavonoides, compuestos que además de jugar un rol importante en el organismo por su función antioxidante, desempeñan un papel destacado en las propiedades sensoriales de los alimentos.
Las antocianinas son pigmentos que confieren el color rojo-azulado típico de las frutas del bosque y los flavonoles, que son amarillentos, proporcionan el sabor amargo a algunos cítricos.
Un estudio reciente publicado en la revista "The American Journal of Clinical Nutrition" analiza en una muestra de más de 150.000 individuos, la relación entre el consumo habitual de diferentes clases de flavonoides y el desarrollo de hipertensión.
Según la publicación de la investigadora Cassidy y colaboradores, una ingesta elevada de flavonoides, en especial de antocianinas, se asocia de forma significativa con un menor riesgo de desarrollar hipertensión (una reducción de hasta un 12%). La posible explicación de este hallazgo se lo relaciona en sus características estructurales, que implican varios mecanismos de acción en un plano vascular.
Se debe resaltar el tipo de estudio observacional y, que por lo tanto, no da lugar a asociaciones causales. Además, el consumo que se calculó que realizaba la población de la muestra fue muy variable, con cifras que oscilan entre 12 y 15 mg/día, en las ingestas más bajas, hasta 1.252 mg/día de las más elevadas. Una ración de frutas como las grosellas o los arándanos (un bol) puede contener más de 500 miligramos de antocianinas.
Se han tenido en cuenta y se han controlado la mayoría de los posibles factores de confusión relacionados con la hipertensión arterial: tabaquismo, índice de masa corporal, actividad física, consumo de alcohol, historia familiar, consumo de aspirinas y numerosas variables alimentarias.
Por otra parte, los resultados reciben más consistencia por el hecho de que la asociación se haya encontrado exclusivamente con las antocianinas y no con otros flavonoides. Para finalizar es importante resaltan los efectos antioxidantes de las frutas rojas, como fresas, moras, arándanos y grosellas que ocupan las primeras posiciones de los alimentos ricos en antioxidantes.
En general los antioxidantes son capaces de bloquear la acción de los "radicales libres", unas sustancias que provocan daño celular y están implicadas en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer y determinados trastornos degenerativos.
Sin embargo, que un mayor contenido de estas sustancias no siempre refleja que este alimento sea más saludable que otro, ya que depende de que los antioxidantes se absorban o no, lo cual está aún en estudio.
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