martes, 8 de febrero de 2011

Fuertes aumentos de precios de frutas y verduras en el último mes


(NA) -- Los precios de algunas frutas y
verduras experimentaron aumentos de hasta el 76 por ciento durante
enero, como en el caso de la lechuga, en supermercados y
verdulerías, aunque mayoristas que operan en el Mercado Central
salieron a negar esos incrementos.
   Datos relevados en el último mes por la asociación de defensa
del consumidor ADELCO, más otros tomados de la página de la
página web de un hipermercado líder, arrojan una suba del 76 por
ciento desde fines de diciembre; del 34 por ciento para el tomate
y del 23 para la cebolla.
   Así, la ensalada mixta, uno de los platos preferidos por los
argentinos para acompañar un plato con carne, registró un fuerte
encarecimiento de costos, la cebolla lo hacía un 23%.
   Sin embargo, el titular de la Cámara de Operadores Mayoristas
Frutihortícolas, Fabián Zeta, negó que se hayan aplicado aumentos
de precios en el Mercado Central, el lugar recomendado por el
secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a los consumidores.
   "No sé de dónde sacan esa información. Son totalmente falsos
los precios" difundidos, afirmó Zeta, y sostuvo que "los precios
siguen bajos, no como el 2010, sino como el 2009".
   Los precios de las frutas, pero sobre todo las verduras, tiene
un fuerte componente estacional, vinculado con el clima, y otro
sostenido en la demanda.
   El ministro de Economía y precandidato a jefe de Gobierno
porteño por el oficialismo, Amado Boudou, negó la existencia de la
inflación pero admitió una "dispersión de precios".
   Y al estilo de la titular de la Liga de Amas de Casa Lita de
Lazzari, le recomendó a los consumidores que "caminen y busquen
precio".
   Son dos géneros de productos que responden casi con mayor
adhesión a la lógica de la oferta y la demanda.
   En estos rubros, además, existe una fuerte influencia de la
zona de comercialización: por ejemplo, en la Ciudad de Buenos
Aires las verdulerías ubicadas en zonas de alto poder adquisitivo,
como Recoleta, Belgrano o Palermo, tienen valores mucho más
elevados que las de Villa Lugano, Villa Luzuriaga o Liniers, por
citar algunos casos.
   Por ello, lo mejor para reflejar al comportamiento de los
precios en estos rubros tan complejos es analizar qué ocurre entre
meses similares o incluso a lo largo del año.
   El relevamiento de Adelco comparó enero con diciembre, por lo
que arroja algunos datos interesantes e inexplicables sobre por
qué razón los precios estaban más altos a fines de enero que en
diciembre, cuando hubo una mayor demanda.
   En los supermercados la papa valía a fin de 2010 unos 3 pesos
por kilo y ahora rozaba los 4 pesos, con un aumento de casi 30%.
   La zanahoria, según este muestreo, había subido 39%, de 4,29 a
5,99 pesos por kilo.
   La manzana, por ejemplo, trepó desde fin de año un 66%, hasta
rozar en algunos casos los 12 pesos por kilo; mientras que el
limón -que podía llegar a pagarse a más de 20 pesos- subía 56%.
   El de este cítrico es uno de los pocos casos en que el
argumento de la "estacionalidad" se cumplía: como en Tucumán la
cosecha se realiza entre abril y noviembre, es normal que en los
veranos, cuando además crece la demanda, los precios lleguen a su
pico.
   Resulta llamativa, además, la diferencia que existe entre los
precios mayoristas que se registraron en el Mercado Central y los
que finalmente se imponen en los distintos puntos de venta minorista.
   En el Mercado Central, el lunes la papa costaba 0,60 pesos por
kilo, la cebolla 0,92 pesos; los limones 6 pesos; el tomate 1,60
pesos; y la lechuga 2,10 pesos.
   Desde que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno,
intervino en ese mercado, en 2007, no siempre estos valores
resultan fidedignos, pero bastan para notar cómo se amplían los
márgenes.
   En el caso de la consultora Economía & Regiones, había
informado el último lunes que su canasta de alimentos y bebidas en
enero registró un incremento del 2,2% y, de esta manera, acumuló
en los últimos doce meses un alza del 42,6 por ciento.
   La evolución de la canasta básica de alimentos y de la canasta
básica total no son datos menores para la economía, son los
parámetros que se utilizan para determinar las líneas de
indigencia y pobreza, respectivamente.