sábado, 19 de febrero de 2011

La faena de ganado, en el nivel de 2001

Cayó un 26,4% el año pasado y quedó en el volumen más bajo de los últimos ocho años

Para la actividad ganadera, el año pasado fue similar a 2001 o 2002, dos años en los que el país vivió una de las crisis económicas más graves de su historia.

Uno de los índices en los que se confirma este paralelismo es el de la faena de vacunos. Según un informe de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), el año pasado, la faena se redujo un 26,4 por ciento respecto de 2009 y se ubicó en niveles similares a los de los primeros años de la década. En total, la faena acumulada se ubicó en 11,8 millones de cabezas con las que se ofertaron 2,6 millones de toneladas (res con hueso), tanto al mercado doméstico como a la exportación. El trabajo explica que ese volumen es un 19,6% inferior al promedio de los últimos cinco años.

La caída en la producción de ganado se debe a las restricciones a las exportaciones que impuso el Gobierno desde 2006, que desincentivaron la oferta, y a la fuerte sequía que azotó a la región pampeana entre 2008 y 2009.

En forma paralela, en ese período, el consumo de cortes vacunos en el mercado interno se incrementó en diez kilos por habitante promedio por los bajos precios de la carne y por el crecimiento de la economía. La situación estalló en 2010, cuando la oferta se desplomó y los precios al consumidor tuvieron un aumento del ciento por ciento. Así, 2010 terminó con un consumo promedio de 57,8 kg/hab/año, que representó una contracción del 15,8% respecto del consumo de 2009, según el informe de CREA. También en este segmento hay que remontarse a 2002. En ese año, se consumieron menos de 60 kilos por habitante. En ese período, "la crisis interna generó una caída en el poder de compra y, consecuentemente, la capacidad de consumir carne".

El informe señala además que, de acuerdo con datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), ese nivel de consumo es el menor de los últimos 53 años.

No obstante, algunos indicadores ganaderos reflejan que la caída de producción comenzó a detenerse. Entre ellos, el porcentaje de hembras faenadas que, en diciembre, se ubicó en un 40,3 por ciento y cerró el cuarto trimestre del año pasado con el 40,1 por ciento.

Esto significa que se detuvo la liquidación de vientres y se espera que comience un período de retención de madres, lo que permite augurar una recuperación del nacimiento de terneros.
La Nación