jueves, 10 de febrero de 2011

Mercado Central: precios más accesibles pero de difícil acceso

¡Sentí que me habían robado!", comentó enojada Fatima Bonilla (56), mientras hacía sus compras ayer en el Mercado Central. Para Fátima, al igual que la mayoría de los consumidores, el fuerte aumento de los precios en las frutas y las verduras no es una novedad. En una recorrida que realizó ayer LA NACION por el Mercado Central y verdulerías de Belgrano, Caballito, Palermo, Recoleta y San Telmo pudo constatar la diferencia que existe entre los precios mayoristas que se registran en el primero y los que se imponen finalmente en los distintos puntos de venta minorista. / Es que el aumento de 2% en la canasta básica en enero fue impulsado por subas en los precios de la canasta frutihortícola. Según el relevamiento de Adelco, las subas se dieron especialmente en el tomate (100,3%), la zanahoria (77,4%), el limón (66,3%), la lechuga (62%) y la naranja (50,2%).

En el Mercado Central el kilo de tomates se podía comprar ayer a 2 pesos, al igual que el kilo de zanahorias; el de limón estaba a 6 pesos; lechuga, 4 pesos, y naranja, 2,5 pesos. Pero en verdulerías de la Capital Federal la historia es otra: el kilo de tomates alcanza los 8 pesos; los limones cuestan casi el triple, 17 pesos el kilo; la lechuga se ofrece por tres veces más, a 12 pesos, y la naranja no baja de los 5 pesos.

Pero la distancia y las relativas condiciones de acceso hacen que no todos puedan ir a este mercado. Para ellos, la suba de precios se convierte en una pesadilla: "El aumento de precios fue notable sobre todo en el limón", comentó María Laura Anterez (60), quien agregó que no tiene tiempo de ir al Mercado y tampoco puede dejar de comprar en la verdulería. "Mi marido está enfermo del corazón y es lo único que puede comer."

El reacomodamiento de precios también es notable en la banana, el kiwi y la palta, productos mayormente importados, que registraron incrementos fuertes, a pesar de la estabilidad en el tipo de cambio. Algunas verdulerías no los comercializan. "Llevo 30 años en este negocio y no voy a vender lo que la gente no puede comprar", afirmó Mario Martínez (57), dueño de un mercado en Caballito que actualmente no ofrece limones ni paltas ni kiwis.

"Los productos frutihortícolas se encarecen, en primer lugar, porque la Argentina es un país grande con un fuerte nivel de concentración, y la mercadería tiene que caminar mucho para llegar al consumidor final, con altos costos en el transporte", explicó el economista Roberto Dvoskin, ex subsecretario de Comercio Interior. Para el economista, el Mercado Central fracasó al no ofrecer una alternativa de intermediación entre vendedor y comprador, sino que generó más concentración.

"No se debe olvidar el problema estacional. El país no tiene mercados de futuros, lo que explica que una lechuga fuera de estación alcance niveles descomunales. La situación se agrava porque hay un fuerte nivel de consumo que tiene gran incidencia en los precios de la canasta familiar", concluyó Dvoskin.
Diario La nación.