lunes, 14 de marzo de 2011

Argentina: Oportunidades a la carta

Hay jugadores poderosos dispuestos a entrar en el negocio. La rentabilidad parece estar asegurada
El mercado lácteo argentino está frente a una muy buena oportunidad de crecimiento. Otra de las tantas que dejó pasar dirían algunos; tal vez la mejor que se le ha presentado, dirán otros.
Lo cierto es que para que esta chance se concrete hay cosas que acentuar y otras que cambiar. En estos momentos, la producción primaria está logrando muy buena calidad de producto e interesante rentabilidad, que hacen pensar una lechería en crecimiento. Si se logra aprobar la liquidación única, los niveles de calidad seguramente se elevarán considerablemente.
Las industrias del sector están un poco más complicadas; algunas se han ido saneando con la llegada de nuevos ejecutivos, a otras las ha despertado la llegada de nuevos jugadores, mientras algunas siguen naufragando en las turbulentas aguas de los altos costos productivos con exceso de personal o estructura obsoleta.
Lo que es seguro es que todos entendieron que si hay intereses extranjeros muy poderosos (China, India, etcétera) dispuestos a ingresar en el negocio, la rentabilidad parece estar garantizada por muchos años.
Esto quiere decir que la Argentina va a crecer pese a algunos actores. Esté quien esté, el negocio lechero se avizora como alentador hacia adelante. Si se logra que la rentabilidad de los tamberos sea este año tan bueno como en el 2010, la primavera de 2012 nos puede encontrar con capacidad de procesamiento complicada.
Para que las industrias puedan ponerse a la altura de lo que viene será muy importante que se cambien prácticas obsoletas que aún persisten y tiran para atrás el desarrollo del mercado.
Se deben poner en práctica, con las herramientas que posee el Estado, acuerdos para que los márgenes de las cadenas de comercialización tiendan a ser normales y no estos que conocemos hoy, que en algunos productos es del ciento por ciento.
Pero también es responsabilidad de los industriales manejar menores costos; comprando leche a 400 kilómetros de la fábrica no se hacen un favor. Lo mismo pasa con el transporte de los productos a exportar. ¿Es necesario que siga saliendo toda la producción por el puerto de Buenos Aires, o la Región Centro puede optar por otra puerta de salida al exterior que quede más cercana? ¿Esa leche en polvo que se destina a la exportación, se puede llevar al puerto sólo en camión o alguien se dará cuenta que por tren es más rentable?
Turbulencias. El mundo árabe, gran consumidor de lácteos, está en llamas. Tanto el precio del petróleo que producen, como el de los lácteos, que consumen, estarán altos por un tiempo prolongado.
Los grandes productores –Nueva Zelanda, Unión Europea, Estados Unidos–, van a crecer en su producción, pero suavemente y en menor volumen que el consumo. China crecerá en producción y en consumo, pero aumentará su importación mientras sigan urbanizándose 30 millones de habitantes por año (se espera que este año sea aun mayor por las reestructuraciones que están haciendo en cuanto a seguridad alimenticia luego del escándalo de la melanina).
La Argentina tiene un alto consumo interno, no crecerá demasiado, pero tenemos la posibilidad de tomar parte de ese aumento de la demanda mundial.
lecherialatina