miércoles, 2 de marzo de 2011

Estudian la gran diversidad de determinadas razas ovinas, bovinas y equinas

Fernando Rendo, biólogo de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha desarrollado herramientas genético-moleculares, con la intención de completar el árbol genealógico de ciertas razas ovinas, bovinas y equinas originarias del País Vasco y Navarra.

El investigador de la UPV/EHU ha optado concretamente por numerosos microsatélites (un tipo de secuencia de DNA) y algunos SNPs (un tipo de variación en la secuencia de DNA) que sirven como biomarcadores para caracterizar estructuras genéticas. Con ellos, ha construido paneles que ha aplicado a varias razas ovinas (Latxa, Carranzana, Sasi Ardi, Navarra), bovinas (Pirenaica, Betizu, Terreña, Monchina) y equinas (Pottoka, Jaca Navarra, Euskal Herriko Mendi Zaldia, Burguete).

Con estos paneles como herramienta de base, Rendo ha realizado su tesis doctoral, y ha analizado la genética poblacional de estas razas locales. Además, el científico ha mostrado especial interés en las razas en peligro de extinción, por lo que ha estudiado la efectividad de algunos planes de conservación hasta ahora realizados, y ha lanzado propuestas para futuros programas. El trabajo se titula "Genética poblacional y forense en razas ovinas, bovinas y equinas locales del País Vasco y Navarra".

Rendo destaca la gran variabilidad genética intrapoblacional encontrada dentro de las razas sometidas a estudio. Un ejemplo de ello es la heterogeneidad mostrada por la raza ovina Latxa, ya que en la tesis se identifican tres grupos poblacionales: Latxa Cara Negra del País Vasco, Latxa Cara Rubia y Latxa Cara Negra de Navarra.

Se achaca la gran diversidad existente dentro de las razas ovinas, bovinas y equinas estudiadas a la estrategia de manejo utilizada en la zona pirenaica occidental. Este manejo se basa en cruzar animales de rebaños próximos, lo que genera grupos homogéneos y aislados de otros en áreas geográficas muy pequeñas. Así las cosas, surgen numerosos ecotipos, variedades e incluso razas en una extensión de terreno relativamente pequeña.

La tesis afirma que esta elevada variabilidad es "especialmente positiva" para afrontar programas de conservación de razas en peligro de extinción, tales como la Sasi Ardi, Betizu, Terreña, Monchina, Pottoka y Jaca Navarra. Entre estas, Rendo destaca la diversidad encontrada dentro de la raza semisalvaje ovina Sasi Ardi, por lo que la considera un importante recurso genético animal a ser conservado.

Concretamente, propone hacer uso de la población Sasi Ardi no estándar en futuros programas de conservación, ya que representa un considerable aporte de variabilidad y genéticamente no difiere tanto de los rebaños calificados como puros.

En el caso de la raza bovina Betizu, se explica que en los últimos años ha sufrido una disminución de su estructuración genética. Para subsanarla, se propone una redistribución de machos entre sus rebaños. También se propone incorporar poblaciones no estándar (Betizu Mix) al programa de conservación, al igual que con la Sasi Ardi.

En cuanto a la raza equina Pottoka, Rendo destaca el programa de conservación realizado durante los últimos 15 años. Se ha podido comprobar en la tesis que, gracias al correcto manejo de los animales, la raza mantiene su gran variabilidad genética inicial.

Los paneles de biomarcadores desarrollados en este trabajo no solo han servido para el análisis genético-poblacional, sino también para el análisis genético-forense. En la tesis se muestra, sobre todo, la efectividad del panel de microsatélites ovinos. Por ejemplo, se explica que gracias a estos biomarcadores, se ha podido efectuar una correcta asignación de individuos Sasi Ardi, diferenciándolos de la población de Latxa Cara Rubia circundante.

Además, también se ha conseguido la correcta asignación de un cordero de Latxa Cara Rubia a su rebaño de origen, lo que ha ayudado a clarificar un caso forense de envenenamiento de especies salvajes protegidas.
eurocarne