El año 2010 para la lechería argentina se puede calificar a todas luces como positivo, esto es así en función del crecimiento de la producción que según nuestros registros se acerca al 3 por ciento; de las fuertes inversiones realizadas por el sector primario, ampliando, renovando y/o desarrollando nuevas instalaciones para el ordeño, alimentación y bienestar animal; del comportamiento de los mercados, tanto interno como internacional; de los avances en la interlocución entre los distintos actores de esta cadena productiva con el Estado para implementar un sistema único de liquidar la transacción entre la industria y la producción y para la fluidez de la comercialización internacional de productos; de la innovación y presentación de novedades orientadas a la salud y otras.
Uno de los factores que evidencia el signo de la evolución de la actividad es la satisfacción de los productores con los precios percibidos, el año 2010, también ha sido en ese sentido, muy alentador y motivo de ello se han promovido todas las inversiones realizadas.
Sobre el final del año, el consumo interno que venía con cierta tranquilidad, se reactivó y también el mercado internacional está mostrando signos de mucha firmeza; todo ello permite avizorar este año que estamos comenzando, como otro buen año para esta actividad.
En efecto, los precios se están recuperando durante los dos últimos meses y también los precios a los productores, de no ocurrir algún imprevisto, la tendencia es ésta.
La diferencia entre estos dos años es la condición climática, en el 2010, superado el primer semestre donde se dieron abundantes precipitaciones que impactaron sobre los volúmenes de producción pero se contaban con muy buenas reservas de forraje, se transformaron luego en records de producciones mensuales, en cambio el 2011 arranca con dificultades para la constitución de reservas, pero todo indica que no será tan llovido como el otoño pasado.
Excluidos estos factores, no gobernables por el hombre, los demás parecen estar alineados hacia otro buen año para ésta actividad productiva.
Uno de los factores que evidencia el signo de la evolución de la actividad es la satisfacción de los productores con los precios percibidos, el año 2010, también ha sido en ese sentido, muy alentador y motivo de ello se han promovido todas las inversiones realizadas.
Sobre el final del año, el consumo interno que venía con cierta tranquilidad, se reactivó y también el mercado internacional está mostrando signos de mucha firmeza; todo ello permite avizorar este año que estamos comenzando, como otro buen año para esta actividad.
En efecto, los precios se están recuperando durante los dos últimos meses y también los precios a los productores, de no ocurrir algún imprevisto, la tendencia es ésta.
La diferencia entre estos dos años es la condición climática, en el 2010, superado el primer semestre donde se dieron abundantes precipitaciones que impactaron sobre los volúmenes de producción pero se contaban con muy buenas reservas de forraje, se transformaron luego en records de producciones mensuales, en cambio el 2011 arranca con dificultades para la constitución de reservas, pero todo indica que no será tan llovido como el otoño pasado.
Excluidos estos factores, no gobernables por el hombre, los demás parecen estar alineados hacia otro buen año para ésta actividad productiva.
Centro de la Industria Lechera Argentina