domingo, 16 de enero de 2011

La comercialización del trigo, un laberinto cada vez más complejo

(NA) -- La intervención oficial en el
mercado y la restricción de exportaciones de trigo provocan graves
distorsiones en la comercialización de la campaña 2010-2011, que
afectan económicamente a los productores,  sin ningún beneficio
para los consumidores.
   En tanto, la comercialización del trigo disponible
recientemente cosechado no resulta fluida, según la visión del
movimiento CREA.
   "La exportación no compra partidas o, si lo hace
ocasionalmente, paga 30-40 dólares por tonelada por debajo del
precio teórico de paridad, que sería de 230 dólares por tonelada,
a partir de un valor FOB del orden de 310 dólares por tonelada",
aseguró Juan Balbín, vicepresidente de los Consorcios Regionales
de Experimentación Agrícola (CREA).
   A su vez, los otros compradores, los molinos harineros,
establecen altas exigencias de calidad para concretar compras.
   Esto significa que el trigo debe tener un mínimo de 26-27 por
ciento de gluten y otros requerimientos para que la masa no se
corte.    
   Muchas partidas cosechadas en el actual ciclo no reúnen esas
características, por lo cual no se pueden vender ni a los molinos
ni a la exportación.
   Otro problema que dificulta la ubicación de lotes por parte de
los productores es la alta oferta estacional, que determina que
las industrias compren sólo en su zona de influencia.
   Además, muchos molinos están retirados de la compra por el
atraso en recibir subsidios por parte de la Oficina Nacional de
Control Comercial Agropecuario, ONCCA, según informó CREA en un
comunicado. 
   La exportación está comprando pequeños volúmenes de trigo de
muy alta calidad – con peso hectolitro superior a 78 y más de 11
por ciento de proteína- para embarques futuros.
   En esos casos puntuales pagaría cerca del valor teórico de
paridad, pero mediante operaciones selectivas con diferentes
corredores y sólo algunos días de la semana.
   Sucede que los exportadores no pueden comprar más que los
volúmenes que tienen autorizados por los ROE, entonces sólo
adquieren la cuota del mercado que les toca embarcar y eso evita
la competencia.
   Los exportadores no compran mercadería que no reúna esos
parámetros de calidad porque no pueden hacer mezclas de partidas
de distintos orígenes como en los ciclos anteriores.    
   "Lamentablemente, en esta campaña son muy pocos los productores
que disponen de un producto con esas características", se dijo.
   Balbín criticó que "los molinos compran trigo a futuro con
precio de FAS teórico menos 50 o 100 pesos de descuento por
tonelada, con pago a los 30 a 60 días de la recepción de la
mercadería".
   Otra posibilidad con los molinos son las ventas "a fijar", en
las que también hay descuentos sobre el valor teórico, con pago a
partir de los 30 días de cada fijación, que tiene, además, límites
semanales.
   Benjamin Banks, asesor del CREA San Cayetano-Tres Arroyos, del
sur bonaerense, expresa: "En la zona de influencia de mi CREA hay
molinos que compran trigo de buena calidad a 870 pesos, pero el
resto cotiza entre los 600 y 620 pesos. La cuestión es que entre
los 620 y los 870 alguien se queda con esa diferencia".
   Fernando Pacín, asesor del CREA General Lamadrid, en el
sudoeste bonaerense, observa: "Lo que se está vendiendo
actualmente es lo que estaba comprometido previamente; no se han
hecho nuevas ventas a acopios porque no hay compradores".
   Juan Cameron, del CREA Necochea-Quequén, afirma que en su zona
es muy poco lo que se compra.
   "Además hay mucha exigencia de calidad en lo que respecta a
proteína y este año tuvimos un bajo porcentaje. La situación es
compleja y los pequeños productores están desesperados al no poder
vender la mercadería", dijo.