Apenas la cotización del ganado se recupere, muchos productores saldrán a vender. Este comportamiento volverá a colocar los valores en su punto de partida
La tendencia del mercado, por varias semanas, puede presentar un efecto “serrucho”: apenas los precios del ganado se recuperen, muchos ganaderos van a aprovechar para vender, produciéndose entonces un plus de oferta que reduce las cotizaciones al punto de partida. Ante la baja del mercado, el que puede difiere ventas y vende apenas los valores se recuperan.
Entre 2002 y 2008, en las siete oportunidades el precio del novillo en Liniers de enero fue inferior al de diciembre previo, o sea que no debe sorprender esta baja de precios.
En los últimos catorce años, en trece oportunidades los precios del novillo en febrero fueron superiores a los de enero, siendo iguales en la oportunidad restante. También en los últimos 14 años, en 12 oportunidades los precios de marzo superaron a los de enero, en una oportunidad fueron iguales y en otra bajaron muy levemente.
Así las cosas, el mercado a principios de año no tienen una tendencia definitiva: la oferta todavía es baja, pero no alcanza a compensar tanto la debilidad del consumo, como la abundancia del pollo barato y los mayores excedentes de exportación que se están volcando al consumo.
De la sobreoferta de ganado que se produjo para fin de año, cuando un buen número de productores y feedloteros apostaron a una suba que nunca llegó, ahora estamos inmersos en una sobreoferta a causa de la seca y de las ventas postergadas por razones impositivas.
Hay todavía un importante volumen de cortes y cuartos en cámara dando vueltas que quedó sobrante de la fallida experiencia de Fin de Año. Con el paso de las semanas, y especialmente si llueve y se corta la seca, el mercado mejorará, porque la estacionalidad de los últimos años marca que la oferta de gordo tiende a disminuir a lo largo del verano, originando esto el pico anual de precios de marzo.
Este año, las condiciones para el engorde a pasto, a causa de la seca, han sido muy adversas; el feedlot está en niveles de ocupación muy bajos (48 por ciento a principios de enero), y con más problemas a raíz de la baja del valor del gordo y la suba del maíz.
Consumo. Hace un tiempo, la FAO observó que uno de los lugares del mundo donde más estaba creciendo el consumo de carne vacuna era Sudamérica, sólo superada por el área de los países de Lejano Oriente. En Uruguay, cuando el gobierno de izquierda comenzó su gestión en 2004 se consumían 46 kilos per cápita. Hoy, de la mano de un crecimiento económico sostenido y de una baja inflación se consumen unos 60 kilos, lo que ubica al vecino país como el de mayor consumo de carne vacuna en el mundo. Se da una combinación entre una política ganadera exitosa, un crecimiento moderado pero constante de los ingresos y con una fuerte revaluación de su moneda frente al dólar.
El mundo esperaba que el Mercosur provea los grandes faltantes de carne vacuna que se están dando en el mercado internacional. Pero, hoy por hoy, la respuesta es producciones estancadas y saldos exportables cada vez más reducidos.
La Voz del InteriorLa tendencia del mercado, por varias semanas, puede presentar un efecto “serrucho”: apenas los precios del ganado se recuperen, muchos ganaderos van a aprovechar para vender, produciéndose entonces un plus de oferta que reduce las cotizaciones al punto de partida. Ante la baja del mercado, el que puede difiere ventas y vende apenas los valores se recuperan.
Entre 2002 y 2008, en las siete oportunidades el precio del novillo en Liniers de enero fue inferior al de diciembre previo, o sea que no debe sorprender esta baja de precios.
En los últimos catorce años, en trece oportunidades los precios del novillo en febrero fueron superiores a los de enero, siendo iguales en la oportunidad restante. También en los últimos 14 años, en 12 oportunidades los precios de marzo superaron a los de enero, en una oportunidad fueron iguales y en otra bajaron muy levemente.
Así las cosas, el mercado a principios de año no tienen una tendencia definitiva: la oferta todavía es baja, pero no alcanza a compensar tanto la debilidad del consumo, como la abundancia del pollo barato y los mayores excedentes de exportación que se están volcando al consumo.
De la sobreoferta de ganado que se produjo para fin de año, cuando un buen número de productores y feedloteros apostaron a una suba que nunca llegó, ahora estamos inmersos en una sobreoferta a causa de la seca y de las ventas postergadas por razones impositivas.
Hay todavía un importante volumen de cortes y cuartos en cámara dando vueltas que quedó sobrante de la fallida experiencia de Fin de Año. Con el paso de las semanas, y especialmente si llueve y se corta la seca, el mercado mejorará, porque la estacionalidad de los últimos años marca que la oferta de gordo tiende a disminuir a lo largo del verano, originando esto el pico anual de precios de marzo.
Este año, las condiciones para el engorde a pasto, a causa de la seca, han sido muy adversas; el feedlot está en niveles de ocupación muy bajos (48 por ciento a principios de enero), y con más problemas a raíz de la baja del valor del gordo y la suba del maíz.
Consumo. Hace un tiempo, la FAO observó que uno de los lugares del mundo donde más estaba creciendo el consumo de carne vacuna era Sudamérica, sólo superada por el área de los países de Lejano Oriente. En Uruguay, cuando el gobierno de izquierda comenzó su gestión en 2004 se consumían 46 kilos per cápita. Hoy, de la mano de un crecimiento económico sostenido y de una baja inflación se consumen unos 60 kilos, lo que ubica al vecino país como el de mayor consumo de carne vacuna en el mundo. Se da una combinación entre una política ganadera exitosa, un crecimiento moderado pero constante de los ingresos y con una fuerte revaluación de su moneda frente al dólar.
El mundo esperaba que el Mercosur provea los grandes faltantes de carne vacuna que se están dando en el mercado internacional. Pero, hoy por hoy, la respuesta es producciones estancadas y saldos exportables cada vez más reducidos.