La Subsecretaría de Pesca hizo pública, a través del Boletín Oficial, la distribución de las cuotas individuales transferibles de captura para este año que se inicia y que incluye recursos como merluza común, merluza de cola, polaca y merluza negra.
A través de disposiciones individuales para cada uno de los recursos, emitidas por la Dirección Nacional de Coordinación Pesquera, con la firma de Marcelo Santos, se asignaron las cuotas en base a las mismas capturas máximas permisibles fijadas el año pasado.
Lo singular del caso es que en todos los recursos a los que se les asignó CITC, la captura fijada no coincidió con las que efectivamente pudo realizar la flota, según los registros de los desembarques declarados durante todo el año pasado.
El caso de la merluza hubbsi es tal vez el que más coincidencias tiene entre la asignación y la biomasa disponible para ser pescada (sin cámaras a bordo, artes de pesca selectiva, etc.). Para el primer semestre del año el CFP, a través de la Resolución Nº 18 de diciembre pasado, estableció la CMP en 145.000 toneladas para el efectivo sur del paralelo 41º y 48 mil toneladas para del efectivo Norte.
El año pasado, con los mismos registros (290 mil para todo el año en el efectivo Sur), se descargaron 237.239 en el principal stock y 36.422 de merluza del efectivo norte (96 mil toneladas anuales).
Algunos armadores no le temen a la estadística. Sostienen que el año pasado no hubo reglas claras en cuanto a los viajes asignados para capturar merluza al norte. Explican que hubo quienes fueron a pescar abadejo y como capturaron más de un 20 por ciento de merluza, la administración les descontó uno de los viajes. En ese sentido, desde la Cámara de Armadores pidieron mayores precisiones para aprovechar mejor las asignaciones disponibles.
La resolución 104/10 informa también que a través de la Resolución Nº 30 de fecha 16 de diciembre de 2009 del CONSEJO FEDERAL PESQUERO se procedió a la asignación de Cuotas Individuales Transferibles de Captura (CITC), en forma parcial, de la Reserva Social de la especie merluza común (Merluccius hubbsi), conforme el máximo interés social determinado por la Provincia de Buenos Aires.
Por la misma norma se establecieron condiciones y obligaciones accesorias a las fija¬das por la Resolución Nº 23/09. Dichas normas, vale aclarar, no se cumplen, como quedó en evidencia con los importantes montos adeudados por algunos administrados a las obras sociales de los gremios.
La Disposición 102/10 contiene la asignación de CITC de merluza de cola sobre el 25 por ciento de la CMP a los buques que registran historia de captura de la especie mayor al 3 por ciento del total de las capturas de la misma especie en el período establecido en la Ley Nº 24.922.
La CMP de merluza de cola ha sido fijada en 150 mil toneladas, a través de la Resolución Nº18/10. De acuerdo a la estadística oficial, el año pasado se descargó la mitad: 76.204 toneladas. Sin investigaciones científicas que expliquen el brusco descenso con lo mostrado por la pesquería en el 2009, nadie apuesta por siquiera repetir el pálido 2010. Pero se vuelve a asignar una cifra por si las dudas, por si los barcos la vuelven a encontrar. Futurismo positivista en estado puro.
A través de la resolución Nº 20 de fecha 12 de noviembre de 2009 del CFP se asignaron por quince años las CITC para la especie polaca (Micromesistius australis) a los bu¬ques que registran historia de captura de la especie mayor al 1 por ciento del total de las capturas. Repitiendo el modelo del año pasado, se asignaron 45 mil toneladas, de acuerdo a lo que establece la Disposición 103/10.
La cifra es más de cinco veces superior a lo que se declaró desembarcar el año pasado: 8654 toneladas. Ningún administrado sabe dónde se encuentra el resto de la biomasa asignada. “No la encontramos”, aseguran los armadores. El año pasado tampoco hubo campañas que expliquen el brusco descenso en relación al 2009.
El panorama de la merluza negra no difiere de las otras especies, aunque son volúmenes más acotados. A través de la Disposición 105/10 se repartieron las cuotas a los buques que registran historia de captura de la especie mayor al 1 por ciento. Fueron 3.250 toneladas, igual que el año pasado. La flota que opera sobre la merluza negra descargó el año del bicentenario apenas 1.865 toneladas.
Las capturas han sido asignadas y más allá de algunos pedidos puntuales en las formas, más que en el fondo, nadie cuestiona el manejo de los recursos. Queda ahora por ver un pequeño detalle: si lo que distribuyen en una resolución puede ser pescado en alta mar.
ROBERTO GARRONE
A través de disposiciones individuales para cada uno de los recursos, emitidas por la Dirección Nacional de Coordinación Pesquera, con la firma de Marcelo Santos, se asignaron las cuotas en base a las mismas capturas máximas permisibles fijadas el año pasado.
Lo singular del caso es que en todos los recursos a los que se les asignó CITC, la captura fijada no coincidió con las que efectivamente pudo realizar la flota, según los registros de los desembarques declarados durante todo el año pasado.
El caso de la merluza hubbsi es tal vez el que más coincidencias tiene entre la asignación y la biomasa disponible para ser pescada (sin cámaras a bordo, artes de pesca selectiva, etc.). Para el primer semestre del año el CFP, a través de la Resolución Nº 18 de diciembre pasado, estableció la CMP en 145.000 toneladas para el efectivo sur del paralelo 41º y 48 mil toneladas para del efectivo Norte.
El año pasado, con los mismos registros (290 mil para todo el año en el efectivo Sur), se descargaron 237.239 en el principal stock y 36.422 de merluza del efectivo norte (96 mil toneladas anuales).
Algunos armadores no le temen a la estadística. Sostienen que el año pasado no hubo reglas claras en cuanto a los viajes asignados para capturar merluza al norte. Explican que hubo quienes fueron a pescar abadejo y como capturaron más de un 20 por ciento de merluza, la administración les descontó uno de los viajes. En ese sentido, desde la Cámara de Armadores pidieron mayores precisiones para aprovechar mejor las asignaciones disponibles.
La resolución 104/10 informa también que a través de la Resolución Nº 30 de fecha 16 de diciembre de 2009 del CONSEJO FEDERAL PESQUERO se procedió a la asignación de Cuotas Individuales Transferibles de Captura (CITC), en forma parcial, de la Reserva Social de la especie merluza común (Merluccius hubbsi), conforme el máximo interés social determinado por la Provincia de Buenos Aires.
Por la misma norma se establecieron condiciones y obligaciones accesorias a las fija¬das por la Resolución Nº 23/09. Dichas normas, vale aclarar, no se cumplen, como quedó en evidencia con los importantes montos adeudados por algunos administrados a las obras sociales de los gremios.
La Disposición 102/10 contiene la asignación de CITC de merluza de cola sobre el 25 por ciento de la CMP a los buques que registran historia de captura de la especie mayor al 3 por ciento del total de las capturas de la misma especie en el período establecido en la Ley Nº 24.922.
La CMP de merluza de cola ha sido fijada en 150 mil toneladas, a través de la Resolución Nº18/10. De acuerdo a la estadística oficial, el año pasado se descargó la mitad: 76.204 toneladas. Sin investigaciones científicas que expliquen el brusco descenso con lo mostrado por la pesquería en el 2009, nadie apuesta por siquiera repetir el pálido 2010. Pero se vuelve a asignar una cifra por si las dudas, por si los barcos la vuelven a encontrar. Futurismo positivista en estado puro.
A través de la resolución Nº 20 de fecha 12 de noviembre de 2009 del CFP se asignaron por quince años las CITC para la especie polaca (Micromesistius australis) a los bu¬ques que registran historia de captura de la especie mayor al 1 por ciento del total de las capturas. Repitiendo el modelo del año pasado, se asignaron 45 mil toneladas, de acuerdo a lo que establece la Disposición 103/10.
La cifra es más de cinco veces superior a lo que se declaró desembarcar el año pasado: 8654 toneladas. Ningún administrado sabe dónde se encuentra el resto de la biomasa asignada. “No la encontramos”, aseguran los armadores. El año pasado tampoco hubo campañas que expliquen el brusco descenso en relación al 2009.
El panorama de la merluza negra no difiere de las otras especies, aunque son volúmenes más acotados. A través de la Disposición 105/10 se repartieron las cuotas a los buques que registran historia de captura de la especie mayor al 1 por ciento. Fueron 3.250 toneladas, igual que el año pasado. La flota que opera sobre la merluza negra descargó el año del bicentenario apenas 1.865 toneladas.
Las capturas han sido asignadas y más allá de algunos pedidos puntuales en las formas, más que en el fondo, nadie cuestiona el manejo de los recursos. Queda ahora por ver un pequeño detalle: si lo que distribuyen en una resolución puede ser pescado en alta mar.