En Jaborandi, Estado de Bahía en el Brasil, los inviernos son suaves y los veranos no son los más calientes. Llueve 1460 mm3 por año, concentrados entre los meses de octubre y abril. La altitud de 900 metros ayuda a mantener un clima adecuado para los animales. ?El clima es ideal para la producción de leche a pasto?, dijo Craig Bell, director de la empresa láctea ?Leche Verde?.
Las temperaturas mínimas en invierno son de 15 grados, lo que permite mantener un ritmo de crecimiento constante de las pasturas en esa estación del año. “De esta manera, hay pasto en el verano como en invierno, y no es necesario hacer ensilaje para el ganado”, añade. Además de los pastos, los animales de granja también comen maíz molido. En las grandes haciendas lecheras del Brasil, en general, las vacas son criadas en confinamiento y reciben ensilaje con concentrados en su alimentación lo cual eleva sustancialmente los costos de producción.
Las temperaturas máximas en verano, alcanzan alrededor de 30 grados, lo cual en asociación a la altitud de 900 metros que tiene Jaborandi son también beneficiosas para el ganado. “Nunca será tan caliente para generar estrés calórico en las vacas”, dice Bell. Los bajos niveles de humedad son otra ventaja, ya que ayudan a controlar las plagas que pueden afectar a los animales y causar pérdidas.
Los socios de Leche Verde aprovecharán la experiencia Neozelandesa para reproducir en el suroeste de Bahía la crianza de ganado alimentado con pasto. Al igual que en Nueva Zelanda el ganado de Jaborandi y el “Kiwicross” una raza con más de 100 años de selección en el país oceánico y que ha sido adaptada para alimentarse de solamente forrajes, nos cuenta Bell.
Además de la buena conversión de pastizales en leche, la producción bajo el sistema de pastoreo también significa costos más bajos. En comparación con las 20 mayores haciendas lecheras de Goiás, evaluadas en el estudio: “Diagnóstico de la Cadena Productiva de Leche del Estado”, en el 2009, los costos de los alimentos en Leche Verde son mucho más bajos: R$ 0.146 por kilo de materia seca en comparación a los R$ 0.281 en otras propiedades (R$ = Reales Brasileros).
La productividad de los animales en Leche Verde también es comparativamente mayor. “Nosotros producimos 4.100 litros por animal por año. En un sistema de confinamiento total, es de aproximadamente 8000 litros, pero en estas las vacas tiene 1,60 veces más peso que nuestras vacas”, Bell compara. Mientras que las vacas Kiwicross pesan 420 kilos, otras vacas lecheras superan los 600 kilos. La productividad media nacional de ganado de leche en Brasil es 1.297 litros por vaca por año, según datos del 2009 de Embrapa.
Las 3.200 hembras del rebaño de Leche Verde, ocupan en la actualidad 224 hectáreas de la superficie total de 5000 hectáreas que posee la compañía. Los animales están distribuidos en cuatro potreros, donde se cultivan pastos de la variedad Tifton 85. Para el proyecto, el número de pivotes será ampliado a 20 en seis años.
En el centro de cada potrero de 56 hectáreas, hay una sala de ordeño con un sistema de banco de hielo para enfriar la leche lo más rápidamente posible, afirma Craig Bell. De la sala de ordeño, la leche es llevada en camiones refrigerados a la planta láctea que se encuentra dentro de la finca, a sólo cuatro kilómetros de los potreros.
El productor afirma que en Leche Verde la trazabilidad de la leche es total y es posible identificar el potrero de dónde vino la materia prima. Además, como se embotella en la granja, la leche tiene una menor pérdida de nutrientes, ya que se gasta en promedio 60% menos tiempo entre el ordeño y el envasado, de acuerdo a datos de la compañía.
Leche Verde es un ejemplo de lo que las empresas lácteas modernas pueden lograr cuando logran su independencia productiva y comercial, trabajando asociativamente, con pastos de buena calidad a costos bajos, sin conflictos por temas de precios con otras industrias y buscando productos de mayor calidad pueden lograr encontrar el nicho de mercado que les garantice prosperidad, un ejemplo para replicar en toda Latinoamérica en menor o mayor medida.
Perulactea
Las temperaturas mínimas en invierno son de 15 grados, lo que permite mantener un ritmo de crecimiento constante de las pasturas en esa estación del año. “De esta manera, hay pasto en el verano como en invierno, y no es necesario hacer ensilaje para el ganado”, añade. Además de los pastos, los animales de granja también comen maíz molido. En las grandes haciendas lecheras del Brasil, en general, las vacas son criadas en confinamiento y reciben ensilaje con concentrados en su alimentación lo cual eleva sustancialmente los costos de producción.
Las temperaturas máximas en verano, alcanzan alrededor de 30 grados, lo cual en asociación a la altitud de 900 metros que tiene Jaborandi son también beneficiosas para el ganado. “Nunca será tan caliente para generar estrés calórico en las vacas”, dice Bell. Los bajos niveles de humedad son otra ventaja, ya que ayudan a controlar las plagas que pueden afectar a los animales y causar pérdidas.
Los socios de Leche Verde aprovecharán la experiencia Neozelandesa para reproducir en el suroeste de Bahía la crianza de ganado alimentado con pasto. Al igual que en Nueva Zelanda el ganado de Jaborandi y el “Kiwicross” una raza con más de 100 años de selección en el país oceánico y que ha sido adaptada para alimentarse de solamente forrajes, nos cuenta Bell.
Además de la buena conversión de pastizales en leche, la producción bajo el sistema de pastoreo también significa costos más bajos. En comparación con las 20 mayores haciendas lecheras de Goiás, evaluadas en el estudio: “Diagnóstico de la Cadena Productiva de Leche del Estado”, en el 2009, los costos de los alimentos en Leche Verde son mucho más bajos: R$ 0.146 por kilo de materia seca en comparación a los R$ 0.281 en otras propiedades (R$ = Reales Brasileros).
La productividad de los animales en Leche Verde también es comparativamente mayor. “Nosotros producimos 4.100 litros por animal por año. En un sistema de confinamiento total, es de aproximadamente 8000 litros, pero en estas las vacas tiene 1,60 veces más peso que nuestras vacas”, Bell compara. Mientras que las vacas Kiwicross pesan 420 kilos, otras vacas lecheras superan los 600 kilos. La productividad media nacional de ganado de leche en Brasil es 1.297 litros por vaca por año, según datos del 2009 de Embrapa.
Las 3.200 hembras del rebaño de Leche Verde, ocupan en la actualidad 224 hectáreas de la superficie total de 5000 hectáreas que posee la compañía. Los animales están distribuidos en cuatro potreros, donde se cultivan pastos de la variedad Tifton 85. Para el proyecto, el número de pivotes será ampliado a 20 en seis años.
En el centro de cada potrero de 56 hectáreas, hay una sala de ordeño con un sistema de banco de hielo para enfriar la leche lo más rápidamente posible, afirma Craig Bell. De la sala de ordeño, la leche es llevada en camiones refrigerados a la planta láctea que se encuentra dentro de la finca, a sólo cuatro kilómetros de los potreros.
El productor afirma que en Leche Verde la trazabilidad de la leche es total y es posible identificar el potrero de dónde vino la materia prima. Además, como se embotella en la granja, la leche tiene una menor pérdida de nutrientes, ya que se gasta en promedio 60% menos tiempo entre el ordeño y el envasado, de acuerdo a datos de la compañía.
Leche Verde es un ejemplo de lo que las empresas lácteas modernas pueden lograr cuando logran su independencia productiva y comercial, trabajando asociativamente, con pastos de buena calidad a costos bajos, sin conflictos por temas de precios con otras industrias y buscando productos de mayor calidad pueden lograr encontrar el nicho de mercado que les garantice prosperidad, un ejemplo para replicar en toda Latinoamérica en menor o mayor medida.
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