(NA) -- El Gobierno subsidió en unos 1.250 millones de pesos los cortes vacunos más caros, como los de lomo, y ahora esa estrategia la terminarán pagando los sectores populares, que deben abonar cada vez más por la carne, advirtió un informe elaborado por CARTEZ
El estudio señala que la política de supuesta carne barata impuesta desde 2006 no sólo condujo al actual escenario de caída del stock ganadero, sino que también provocó una fuerte suba de precios y las exportaciones cayeron a sus mínimos históricos.
Según el análisis de las entidades rurales cordobesas nucleadas en CARTEZ, también provocó que durante largo tiempo los productores y las capas sociales de menor poder adquisitivo subsidiaran al consumidor del corte más exclusivo del bovino, el lomo.
En tres años, según ese cálculo, quienes comieron lomo gozaron de un subsidio encubierto de 1.250 millones de pesos.
"El subsidio del lomo durante tres años trajo como consecuencia que hoy todos los argentinos paguemos más cara la carne", señaló el titular de CARTEZ, Néstor Roulet, a un matutino porteño.
Ruralistas y frigoríficos pretenden que el Gobierno no impida la exportación de lomos y otros cortes de alto valor, ya que -aseguran- las ganancias obtenidas en el extranjero servirían para abaratar aquí los cortes de consumo popular, como el asado.
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, regula las exportaciones desde 2006, y por ello desinfló los valores de la hacienda, sin distinguir lomos de osobucos.
Esta política, según CARTEZ, derivó en la escasez de ganado, ya que el stock vacuno cayó de 58 a 49 millones de cabezas en cuatro años, casi un 16 por ciento.
La caída del stock derivó en una fuerte corrección de los valores y el precio del lomo promedia los 60 pesos por kilo, con picos de 90 pesos.
Roulet cuestionó que "mediante la hipótesis equivocada de que si el novillo en pie estaba barato iba a estar barata la carne en el mostrador, el Gobierno subsidió el lomo a 2 millones de personas, de los 40 millones de habitantes, que con seguridad podían pagar lo que correspondía".
El estudio señala que la política de supuesta carne barata impuesta desde 2006 no sólo condujo al actual escenario de caída del stock ganadero, sino que también provocó una fuerte suba de precios y las exportaciones cayeron a sus mínimos históricos.
Según el análisis de las entidades rurales cordobesas nucleadas en CARTEZ, también provocó que durante largo tiempo los productores y las capas sociales de menor poder adquisitivo subsidiaran al consumidor del corte más exclusivo del bovino, el lomo.
En tres años, según ese cálculo, quienes comieron lomo gozaron de un subsidio encubierto de 1.250 millones de pesos.
"El subsidio del lomo durante tres años trajo como consecuencia que hoy todos los argentinos paguemos más cara la carne", señaló el titular de CARTEZ, Néstor Roulet, a un matutino porteño.
Ruralistas y frigoríficos pretenden que el Gobierno no impida la exportación de lomos y otros cortes de alto valor, ya que -aseguran- las ganancias obtenidas en el extranjero servirían para abaratar aquí los cortes de consumo popular, como el asado.
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, regula las exportaciones desde 2006, y por ello desinfló los valores de la hacienda, sin distinguir lomos de osobucos.
Esta política, según CARTEZ, derivó en la escasez de ganado, ya que el stock vacuno cayó de 58 a 49 millones de cabezas en cuatro años, casi un 16 por ciento.
La caída del stock derivó en una fuerte corrección de los valores y el precio del lomo promedia los 60 pesos por kilo, con picos de 90 pesos.
Roulet cuestionó que "mediante la hipótesis equivocada de que si el novillo en pie estaba barato iba a estar barata la carne en el mostrador, el Gobierno subsidió el lomo a 2 millones de personas, de los 40 millones de habitantes, que con seguridad podían pagar lo que correspondía".
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