A la salida de un encuentro que sostuvo en Bahía Blanca con las bolsas de cereales por el problema del trigo, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, criticó a los molinos y a los exportadores por no pagar el precio lleno del cereal.
"Cuatro vivos no se puedan quedar con el esfuerzo de 30.000 productores de trigo que pusieron su empeño y esfuerzo para esta cosecha", dijo Domínguez, en referencia a la situación por la cual las empresas compran el trigo a un precio más bajo que el internacional, debido al cierre de las exportaciones que mantiene los precios artificialmente bajos.
Lo curioso es que este esquema, por el que, por ejemplo, los que exportan trigo logran una diferencia a su favor de hasta 50 dólares por tonelada de cereal, fue implementado por el propio Gobierno al que pertenece Domínguez, a instancias del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Pero no por eso el ministro de Agricultura se privó de criticar a molinos y exportadores. "A nosotros en la documentación nos aparece que la molinería está pagando el cereal a FAS teórico, porque si no, no podrían cobrar los subsidios que tenemos. Si hay una situación encubierta, donde esto lo utilizan para maniobras fraudulentas, el productor lo tiene que denunciar porque la molinería hoy está subsidiada", dijo.
Más tarde, el ministro apuntó a los exportadores: "Es un disparate que se lleven el esfuerzo de los productores".
Consultados al respecto de las críticas, los exportadores refutaron los dichos de Domínguez en relación con los precios que están pagando por el cereal. "Estamos comprando el trigo al precio FAS. El problema es que hay mucha oferta y muy pocos permisos de exportación. Para diciembre, por ejemplo, hubo una sobreoferta de dos millones de toneladas. Si el Gobierno no hace algo, la situación va a ser cada vez peor", dijo una alta fuente de la exportación. Por otro lado, La Nacion intentó comunicarse con la Federación Argentina de Industrias Molineras (FAIM), sin éxito.
Pese a estas declamaciones, al encuentro con directivos de las bolsas cerealeras de todo el país, al que asistieron entre otros, el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Ernesto Crinigan, y el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Cristian Amuchástegui, Domínguez llevó dos anuncios que ya había hecho en días previos: que la molinería comprará un millón y medio de toneladas de trigo en los próximos 45 días y que habrá créditos a tasa cero para que los productores chicos retengan el cereal hasta tanto mejore la situación de los precios.
Y a pesar de los reiterados pedidos de las bolsas y de las entidades de que se liberen definitivamente las exportaciones, no hubo señales en este sentido, según explicó uno de los asistentes en off the record . "El ministro Domínguez entiende perfectamente que hasta que no se abran las exportaciones, los productores no van a recibir el precio lleno, pero pareciera que cuando va más arriba y quiere proponer cambios, se choca contra la pared de Moreno", dijo.
"Tratamos de hacerle entender que el ambiente está muy caldeado. Ya van cinco campañas con la misma historia. Si se abre el mercado de manera definitiva, la cosa se va a normalizar enseguida y no va a faltar el trigo. De última, el Gobierno se puede reservar la facultad de cerrar las exportaciones en caso de riesgo. Pero este sistema de registros con cuentagotas no sirve", acotó la fuente.
Por su parte, Amuchástegui señaló que, aunque el tono del encuentro fue cordial, las bolsas insistieron en la necesidad de la normalización del mercado triguero. "Si bien los créditos que anunciaron pueden ayudar a los pequeños productores, las bolsas seguimos pensando que la mejor salida es que se normalice la comercialización", destacó el presidente de la BCR.
En tanto, desde las entidades siguen evaluando la posibilidad de hacer asambleas y protestas por el problema del cultivo, o incluso, tomar las plantas de las exportadoras y los molinos harineros, como propuso en varias oportunidades el presidente de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi.
Por: Mercedes Colombres / La Nación
"Cuatro vivos no se puedan quedar con el esfuerzo de 30.000 productores de trigo que pusieron su empeño y esfuerzo para esta cosecha", dijo Domínguez, en referencia a la situación por la cual las empresas compran el trigo a un precio más bajo que el internacional, debido al cierre de las exportaciones que mantiene los precios artificialmente bajos.
Lo curioso es que este esquema, por el que, por ejemplo, los que exportan trigo logran una diferencia a su favor de hasta 50 dólares por tonelada de cereal, fue implementado por el propio Gobierno al que pertenece Domínguez, a instancias del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Pero no por eso el ministro de Agricultura se privó de criticar a molinos y exportadores. "A nosotros en la documentación nos aparece que la molinería está pagando el cereal a FAS teórico, porque si no, no podrían cobrar los subsidios que tenemos. Si hay una situación encubierta, donde esto lo utilizan para maniobras fraudulentas, el productor lo tiene que denunciar porque la molinería hoy está subsidiada", dijo.
Más tarde, el ministro apuntó a los exportadores: "Es un disparate que se lleven el esfuerzo de los productores".
Consultados al respecto de las críticas, los exportadores refutaron los dichos de Domínguez en relación con los precios que están pagando por el cereal. "Estamos comprando el trigo al precio FAS. El problema es que hay mucha oferta y muy pocos permisos de exportación. Para diciembre, por ejemplo, hubo una sobreoferta de dos millones de toneladas. Si el Gobierno no hace algo, la situación va a ser cada vez peor", dijo una alta fuente de la exportación. Por otro lado, La Nacion intentó comunicarse con la Federación Argentina de Industrias Molineras (FAIM), sin éxito.
Pese a estas declamaciones, al encuentro con directivos de las bolsas cerealeras de todo el país, al que asistieron entre otros, el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Ernesto Crinigan, y el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Cristian Amuchástegui, Domínguez llevó dos anuncios que ya había hecho en días previos: que la molinería comprará un millón y medio de toneladas de trigo en los próximos 45 días y que habrá créditos a tasa cero para que los productores chicos retengan el cereal hasta tanto mejore la situación de los precios.
Y a pesar de los reiterados pedidos de las bolsas y de las entidades de que se liberen definitivamente las exportaciones, no hubo señales en este sentido, según explicó uno de los asistentes en off the record . "El ministro Domínguez entiende perfectamente que hasta que no se abran las exportaciones, los productores no van a recibir el precio lleno, pero pareciera que cuando va más arriba y quiere proponer cambios, se choca contra la pared de Moreno", dijo.
"Tratamos de hacerle entender que el ambiente está muy caldeado. Ya van cinco campañas con la misma historia. Si se abre el mercado de manera definitiva, la cosa se va a normalizar enseguida y no va a faltar el trigo. De última, el Gobierno se puede reservar la facultad de cerrar las exportaciones en caso de riesgo. Pero este sistema de registros con cuentagotas no sirve", acotó la fuente.
Por su parte, Amuchástegui señaló que, aunque el tono del encuentro fue cordial, las bolsas insistieron en la necesidad de la normalización del mercado triguero. "Si bien los créditos que anunciaron pueden ayudar a los pequeños productores, las bolsas seguimos pensando que la mejor salida es que se normalice la comercialización", destacó el presidente de la BCR.
En tanto, desde las entidades siguen evaluando la posibilidad de hacer asambleas y protestas por el problema del cultivo, o incluso, tomar las plantas de las exportadoras y los molinos harineros, como propuso en varias oportunidades el presidente de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi.
Por: Mercedes Colombres / La Nación
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