Afirman que el sector esta cada vez más pauperizado y cuestionan la falta de políticas activas para el sostenimiento de la actividad. Los marisqueros dicen que el alga Undaria invadió el área por la falta de controles. Reclaman apoyo para subsistir.
Los pescadores artesanales que se dedican a la extracción de moluscos y gasterópodos por buceo en el Golfo San José no logran revertir la compleja situación por la que vienen atravesando desde años. Aseguran que se sienten desprotegidos ante la falta de respuestas oficiales, piden por la reglamentación de la Ley que regula al sector para poder acceder a otros mercados alternativos, ya que el actual los mantiene cautivos de los intermediarios quienes imponen los precios.
Juan José Elizalde es uno de los permisionarios que se dedica a la marisquería por buceo y le explicó a Revista Puerto su visión sobre el sector, reconociendo que a las dificultades propias del negocio, también deben lidiar con factores naturales como la marea roja que acota el tiempo de operaciones, y ahora también la invasión del alga Undaria, cuestión que atribuye a la ausencia de controles.
“Concluimos un año con muchas dificultades y el balance es bastante pobre, porque el sector sigue postergado. No hay forma de salir adelante en especial en el tema de la comercialización, es que tenemos dificultades con el mantenimiento de nuestros equipos (lanchas y sistema de buceo) porque al venir arrastrando años en el límite de la supervivencia, no hemos podido renovarlos, sino que esa inversión se va postergando y eso dificulta la operatoria”, confesó Elizalde al trazar un panorama de cómo terminan el 2010.
En tal sentido, dijo que “cuando se nos presentan casos de roturas no podemos realizar las salidas de pesca previstas y aprovechar así los días de pesca. Al arrastrar años complicados la mayoría no hemos podido reinvertir en mantener adecuadamente todo el equipo que usamos, y eso al final nos termina perjudicando”, evaluó.
Además de las dificultades con los precios y los canales de comercialización, “afrontamos también condiciones naturales que nos condicionan el trabajo, como es el caso de la marea roja, que a veces se extiende por más meses que los habituales. Pero sabemos que todos los años en determinados meses el fenómeno aparece y se implanta la veda, aunque el factor más acuciante es la comercialización; eso define que el negocio resulte o no”, reveló.
Por otro lado, Juan Elizalde manifestó: “Pretendíamos que durante el 2010 se reglamentara la Ley de Pesca Artesanal y eso no se logró, no hubo consenso. En realidad, la Secretaría de Pesca no se hizo eco de nuestra necesidad, por eso nos sentimos postergados dentro del sector, todas nuestras inquietudes siempre quedan para el final y nunca nos dan respuesta”.
Asimismo, describió que “los canales de comercialización al no estar reglamentada la ley y no acceder a otros mercados, se nos ven muy acotados. Las empresas que procesan nuestros productos terminan pagándonos lo que quieren porque no tenemos opción y debemos caer si o si ahí. También hay intermediarios que actúan en el proceso de comercialización y son los que van formando los precios”, sostuvo.
No obstante, aclaró que las autoridades de la Secretaría de Pesca “siempre han sido muy amables, nos reciben, pero las gestiones nunca avanzan ni se concretan. Nos sentamos, charlamos, exponemos nuestra realidad, pero sin resultados. Recibir nos reciben, pero resolver no se resuelve nada, lamentablemente es así”, relató.
La principal especie sobre la que trabajan es la vieira, “es la que tiene demanda y además es la única que se puede seguir extrayendo cuando hay marea roja, con el producto cayo de viera que no se ve afectado. Durante los meses que no está el fenómeno de marea roja se trabaja con pedidos de almejas y cholgas. En la Zona 1 en el Golfo San José lo que más se trabaja es la vieira”, explicó.
En tanto, Elizalde admitió que “al estar cada vez más complicado el panorama para quienes estamos en esta actividad de pesca artesanal son muchos los que tratan de buscar otros horizontes, otros negocios más rentables, ya que cuesta mucho mantenerse en pie ante la falta de apoyo”, lamentó. “Algunos con éxito se han reconvertido y sumado alternativas como poner una pescadería o restaurant y no quedarse solamente con la actividad de pesca artesanal”.
En otro orden, el pescador con vasta experiencia en el área puso de relieve las consecuencias que provocará a la actividad la expansión del alga Undaria, aseguró que apenas se podrá mitigar el fenómeno, ya que no hay posibilidades de eliminarla.
“Siempre venimos denunciando la pesca furtiva tanto en la Secretaría de Pesca, como en la Secretaría de Turismo por ser la Península Valdés una zona protegida. Pedimos controles más exhaustivos para que no haya pesca de bivalvos porque implica un riesgo sanitario muy grande si no se toman recaudos y cualquiera con una lancha o desde la costa extrae este tipo de productos y no son debidamente analizados”, puntualizó como otro dato de alarma.
“Hay turistas que a veces vienen, pescan y consumen, pero también hay otros que pescan y después eso lo venden sin contar con ningún control sanitario. Ese descontrol puede traer consecuencias muy graves, de hecho ese descontrol ha producido también la expansión del alga Undaria del Golfo Nuevo al Golfo San José”, consideró al tiempo de sostener que las autoridades “no toman dimensión que la contaminación del golfo con este alga invasiva representa un desastre ecológico porque altera los fondos del lecho marino, y las consecuencias ya las estamos notando y a futuro se va a notar mucho más”.
Indicó que es un alga que crea praderas y las semillas de los bivalvos no encuentran espacio para fijarse, por lo que las colonias podrían correrse a mayores profundidades. “A la Undaria se la ve hasta los 25 metros, y los recursos podrían buscar espacios a mayores profundidades donde no haya este alga, pero en esas condiciones será muy difícil operar y extraer por buceo las especies sobre las que trabajamos ahora”, estimó. “Hoy apenas lo que se puede hacer es tratar de controlar la expansión de Undaria, pero con un costo muy elevado. El alga ya invadió el Golfo San José y erradicarla a esta altura es absolutamente imposible”, dijo con resignación.
Elizalde reiteró que faltan políticas activas que le den futuro a la actividad. “La expectativa para el año que viene, a nivel personal, es que cambie el signo político en la provincia o cambien la forma de manejar la pesca”, afirmó. “No hay una política de Estado como para que el sector funcione adecuadamente. Este gobierno ha trabajado muy bien en materia de desarrollo de turismo, ojalá se potenciara a nuestro sector con ese mismo impulso”, comparó.
Actualmente, dijo, “la Península Valdés tiene un fuerte contraste, la ruta que va a Puerto Pirámides divide por un lado a los pescadores artesanales, cada vez un sector más paupérrimo, pobre y sin objetivos; y por otro lado, el turismo que crece y se desarrolla muy bien. Las dos caras de una misma moneda”.
Además, opinó que “la gestión del gobernador Mario Das Neves dejó de lado a los pescadores artesanales, no la atendió, ni se hizo eco mínimamente de nuestros pedidos para dar respuestas. Los funcionarios nos atienen, es cierto, pero nunca se avanzó en nada concreto”, concluyó.
Por Nelson Saldivia
Los pescadores artesanales que se dedican a la extracción de moluscos y gasterópodos por buceo en el Golfo San José no logran revertir la compleja situación por la que vienen atravesando desde años. Aseguran que se sienten desprotegidos ante la falta de respuestas oficiales, piden por la reglamentación de la Ley que regula al sector para poder acceder a otros mercados alternativos, ya que el actual los mantiene cautivos de los intermediarios quienes imponen los precios.
Juan José Elizalde es uno de los permisionarios que se dedica a la marisquería por buceo y le explicó a Revista Puerto su visión sobre el sector, reconociendo que a las dificultades propias del negocio, también deben lidiar con factores naturales como la marea roja que acota el tiempo de operaciones, y ahora también la invasión del alga Undaria, cuestión que atribuye a la ausencia de controles.
“Concluimos un año con muchas dificultades y el balance es bastante pobre, porque el sector sigue postergado. No hay forma de salir adelante en especial en el tema de la comercialización, es que tenemos dificultades con el mantenimiento de nuestros equipos (lanchas y sistema de buceo) porque al venir arrastrando años en el límite de la supervivencia, no hemos podido renovarlos, sino que esa inversión se va postergando y eso dificulta la operatoria”, confesó Elizalde al trazar un panorama de cómo terminan el 2010.
En tal sentido, dijo que “cuando se nos presentan casos de roturas no podemos realizar las salidas de pesca previstas y aprovechar así los días de pesca. Al arrastrar años complicados la mayoría no hemos podido reinvertir en mantener adecuadamente todo el equipo que usamos, y eso al final nos termina perjudicando”, evaluó.
Además de las dificultades con los precios y los canales de comercialización, “afrontamos también condiciones naturales que nos condicionan el trabajo, como es el caso de la marea roja, que a veces se extiende por más meses que los habituales. Pero sabemos que todos los años en determinados meses el fenómeno aparece y se implanta la veda, aunque el factor más acuciante es la comercialización; eso define que el negocio resulte o no”, reveló.
Por otro lado, Juan Elizalde manifestó: “Pretendíamos que durante el 2010 se reglamentara la Ley de Pesca Artesanal y eso no se logró, no hubo consenso. En realidad, la Secretaría de Pesca no se hizo eco de nuestra necesidad, por eso nos sentimos postergados dentro del sector, todas nuestras inquietudes siempre quedan para el final y nunca nos dan respuesta”.
Asimismo, describió que “los canales de comercialización al no estar reglamentada la ley y no acceder a otros mercados, se nos ven muy acotados. Las empresas que procesan nuestros productos terminan pagándonos lo que quieren porque no tenemos opción y debemos caer si o si ahí. También hay intermediarios que actúan en el proceso de comercialización y son los que van formando los precios”, sostuvo.
No obstante, aclaró que las autoridades de la Secretaría de Pesca “siempre han sido muy amables, nos reciben, pero las gestiones nunca avanzan ni se concretan. Nos sentamos, charlamos, exponemos nuestra realidad, pero sin resultados. Recibir nos reciben, pero resolver no se resuelve nada, lamentablemente es así”, relató.
La principal especie sobre la que trabajan es la vieira, “es la que tiene demanda y además es la única que se puede seguir extrayendo cuando hay marea roja, con el producto cayo de viera que no se ve afectado. Durante los meses que no está el fenómeno de marea roja se trabaja con pedidos de almejas y cholgas. En la Zona 1 en el Golfo San José lo que más se trabaja es la vieira”, explicó.
En tanto, Elizalde admitió que “al estar cada vez más complicado el panorama para quienes estamos en esta actividad de pesca artesanal son muchos los que tratan de buscar otros horizontes, otros negocios más rentables, ya que cuesta mucho mantenerse en pie ante la falta de apoyo”, lamentó. “Algunos con éxito se han reconvertido y sumado alternativas como poner una pescadería o restaurant y no quedarse solamente con la actividad de pesca artesanal”.
En otro orden, el pescador con vasta experiencia en el área puso de relieve las consecuencias que provocará a la actividad la expansión del alga Undaria, aseguró que apenas se podrá mitigar el fenómeno, ya que no hay posibilidades de eliminarla.
“Siempre venimos denunciando la pesca furtiva tanto en la Secretaría de Pesca, como en la Secretaría de Turismo por ser la Península Valdés una zona protegida. Pedimos controles más exhaustivos para que no haya pesca de bivalvos porque implica un riesgo sanitario muy grande si no se toman recaudos y cualquiera con una lancha o desde la costa extrae este tipo de productos y no son debidamente analizados”, puntualizó como otro dato de alarma.
“Hay turistas que a veces vienen, pescan y consumen, pero también hay otros que pescan y después eso lo venden sin contar con ningún control sanitario. Ese descontrol puede traer consecuencias muy graves, de hecho ese descontrol ha producido también la expansión del alga Undaria del Golfo Nuevo al Golfo San José”, consideró al tiempo de sostener que las autoridades “no toman dimensión que la contaminación del golfo con este alga invasiva representa un desastre ecológico porque altera los fondos del lecho marino, y las consecuencias ya las estamos notando y a futuro se va a notar mucho más”.
Indicó que es un alga que crea praderas y las semillas de los bivalvos no encuentran espacio para fijarse, por lo que las colonias podrían correrse a mayores profundidades. “A la Undaria se la ve hasta los 25 metros, y los recursos podrían buscar espacios a mayores profundidades donde no haya este alga, pero en esas condiciones será muy difícil operar y extraer por buceo las especies sobre las que trabajamos ahora”, estimó. “Hoy apenas lo que se puede hacer es tratar de controlar la expansión de Undaria, pero con un costo muy elevado. El alga ya invadió el Golfo San José y erradicarla a esta altura es absolutamente imposible”, dijo con resignación.
Elizalde reiteró que faltan políticas activas que le den futuro a la actividad. “La expectativa para el año que viene, a nivel personal, es que cambie el signo político en la provincia o cambien la forma de manejar la pesca”, afirmó. “No hay una política de Estado como para que el sector funcione adecuadamente. Este gobierno ha trabajado muy bien en materia de desarrollo de turismo, ojalá se potenciara a nuestro sector con ese mismo impulso”, comparó.
Actualmente, dijo, “la Península Valdés tiene un fuerte contraste, la ruta que va a Puerto Pirámides divide por un lado a los pescadores artesanales, cada vez un sector más paupérrimo, pobre y sin objetivos; y por otro lado, el turismo que crece y se desarrolla muy bien. Las dos caras de una misma moneda”.
Además, opinó que “la gestión del gobernador Mario Das Neves dejó de lado a los pescadores artesanales, no la atendió, ni se hizo eco mínimamente de nuestros pedidos para dar respuestas. Los funcionarios nos atienen, es cierto, pero nunca se avanzó en nada concreto”, concluyó.
Por Nelson Saldivia
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