El mercado de biológicos_ que incluye inoculantes de nitrógeno y fósforo entre otros_ facturó en el 2010, 70 millones de dólares en tanto que la perspectiva de crecimiento de aquí a 10 años, es de que se eleve hasta los 350 millones. En ese incremento, los inoculantes de nitrógeno y de fósforo son los que tienen mayores perspectivas ya que se está observando el crecimiento en distintos cultivos. En ese marco, empresas como Novozymes, dedicada a la producción de los mismos, proyecta factura unos 95 por ciento de ese mercado en tanto el porcentaje restante se dividen en promotores de crecimiento.
En 2010, el mercado de biológicos (que incluye inoculantes de nitrógeno y fósforo, promotores de crecimiento, bioinsecticidas, biofunguicidas y bioherbicidas) generó negocios por 70 millones de dólares de facturación en la Argentina. Dentro de inoculantes, el 90% de las aplicaciones se concentra en el cultivo de soja. Más allá de tratarse de una tecnología que posee años en el mercado, los productores la adoptan por los beneficios que aporta al cultivo, debido a la posibilidad de mejorar la captación de nitrógeno y de generar ganancias de rendimiento de 10 a 15%.
Para 2020, se estima que esta cifra se eleve a entre 300 y 350 millones de dólares. Para entonces, Novozymes, empresa mundial dedicada a la producción de biológicos, proyecta facturar 30-35% de ese total.
En el futuro, se prevé que el mercado de inoculantes de nitrógeno y fósforo se amplíe a los cultivos de trigo, maíz, girasol y sorgo, con lo cual esta tecnología poseería las mayores posibilidades de crecimiento, respecto de bioinsecticidas, biofunguicidas y bioherbicidas. “El 50% del crecimiento proyectado (estimado en 300-350 millones de dólares) va a estar dado fundamentalmente por la adopción de la tecnología en estos cultivos, con un mayor uso también en cultivos intensivos”, dijo Ariel Gohlke, presidente Novozymes en la Argentina y responsable de la compañía en América latina.
“Hoy no hay muchas variables de productos que no sean químicos para control de insectos y enfermedades y malezas, fundamentalmente. Y ese es, sin dudas, otros de los rubros donde se espera un fuerte crecimiento”, apuntó, aunque destacó que no se espera que estos productos se utilicen solos, sino en un esquema que rote aplicaciones químicas y biológicas.
Hoy el mercado internacional demanda cada vez más “cultivos limpios”, con menos aplicaciones de químicos, aunque no sean orgánicos. También se busca que no generen resistencia a enfermedades, insectos y malezas. Es el caso de maíz de dulce, de consumo, cebada cervecera, girasol confitero e intensivos: o sea, los productos de consumo humano.
“En Novozymes estamos en pleno desarrollo de productos en base a bacterias y hongos que mejoran la captación de nitrógeno para leguminosas y no leguminosas, y aumentan la eficiencia en la utilización de fosforo y otros nutrientes para todos los cultivos, intensivos y extensivos, además de tener en el mercado mundial dos bioinsecticidas, dos biofungicidas y bioherbicidas en desarrollo”, apuntó Gohlke.
En 2010, el mercado de biológicos (que incluye inoculantes de nitrógeno y fósforo, promotores de crecimiento, bioinsecticidas, biofunguicidas y bioherbicidas) generó negocios por 70 millones de dólares de facturación en la Argentina. Dentro de inoculantes, el 90% de las aplicaciones se concentra en el cultivo de soja. Más allá de tratarse de una tecnología que posee años en el mercado, los productores la adoptan por los beneficios que aporta al cultivo, debido a la posibilidad de mejorar la captación de nitrógeno y de generar ganancias de rendimiento de 10 a 15%.
Para 2020, se estima que esta cifra se eleve a entre 300 y 350 millones de dólares. Para entonces, Novozymes, empresa mundial dedicada a la producción de biológicos, proyecta facturar 30-35% de ese total.
En el futuro, se prevé que el mercado de inoculantes de nitrógeno y fósforo se amplíe a los cultivos de trigo, maíz, girasol y sorgo, con lo cual esta tecnología poseería las mayores posibilidades de crecimiento, respecto de bioinsecticidas, biofunguicidas y bioherbicidas. “El 50% del crecimiento proyectado (estimado en 300-350 millones de dólares) va a estar dado fundamentalmente por la adopción de la tecnología en estos cultivos, con un mayor uso también en cultivos intensivos”, dijo Ariel Gohlke, presidente Novozymes en la Argentina y responsable de la compañía en América latina.
“Hoy no hay muchas variables de productos que no sean químicos para control de insectos y enfermedades y malezas, fundamentalmente. Y ese es, sin dudas, otros de los rubros donde se espera un fuerte crecimiento”, apuntó, aunque destacó que no se espera que estos productos se utilicen solos, sino en un esquema que rote aplicaciones químicas y biológicas.
Hoy el mercado internacional demanda cada vez más “cultivos limpios”, con menos aplicaciones de químicos, aunque no sean orgánicos. También se busca que no generen resistencia a enfermedades, insectos y malezas. Es el caso de maíz de dulce, de consumo, cebada cervecera, girasol confitero e intensivos: o sea, los productos de consumo humano.
“En Novozymes estamos en pleno desarrollo de productos en base a bacterias y hongos que mejoran la captación de nitrógeno para leguminosas y no leguminosas, y aumentan la eficiencia en la utilización de fosforo y otros nutrientes para todos los cultivos, intensivos y extensivos, además de tener en el mercado mundial dos bioinsecticidas, dos biofungicidas y bioherbicidas en desarrollo”, apuntó Gohlke.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.