Los ganaderos dicen que caerá el consumo y bajará el valor del kilo vivo, pero eso no se reflejará en la góndola. Los tamberos aseguran trabajar al costo y que no se debe subir el precio al consumidor.
La histórica sequía que sufrió la Argentina durante 2008 y parte de 2009 afectó directamente la producción agrícola ganadera reduciendo los stocks de animales y las reservas de pasturas para su alimentación.
La falta de oferta y una demanda sostenida en el mercado interno tuvieron como resultado un notorio incremento en los precios de la carne, la leche y sus derivados durante 2010. Llámese inflación o reacomodamiento de precios –según desde dónde se lo mire– el poder adquisitivo de los argentinos se vio afectado.
Hoy, los commodities en el mundo tienen precios soñados y eso llena de optimismo al sector. Sin embargo, la llegada de La Niña empieza a poner un manto de dudas sobre lo beneficiosa que resultará la temporada.
Hugo Iturraspe, presidente de la Sociedad Rural de Santa Fe, se refirió a cómo ese fenómeno podría afectar a la producción de carne. “Ahí influye muchísimo porque los animales necesitan proveerse de pasto. Las especies forrajeras salen cuando hay humedad y si no llueve, el pasto no se desarrolla. Una vaca que no está bien alimentada, después tiene problemas para quedar preñada”, dijo.
“Lógicamente, el desarrollo de los novillos también va a ser afectado ya que al no comer bien, el engorde se va a demorar”, agregó.
Al ser consultado sobre las tendencias en los precios al consumidor, Iturraspe señaló que “no van a ser favorables” porque hay “una escasa oferta de hacienda”.
“Los productores están reteniendo vientres para recuperar un poco del stock que se perdió en los últimos dos años a raíz de las malas políticas y de la sequía que hubo. Por eso creo que va a haber menos oferta y precios más altos”, dijo.
Por su parte, el presidente de Coninagro Santa Fe, Roberto Cerutti, aseguró: “La carne va a tomar su nivel, se va a reducir un poco más el consumo y desde mi punto de vista va a bajar un poco el precio del novillo en pie, eso no quiere decir que vaya a bajar la carne en las carnicerías.
“Durante cinco años –continuó– el productor tuvo que regalar su hacienda y la gente pagaba la carne a un precio interesante. Ahora el precio se escapó porque en el país no hay la cantidad de hacienda que necesitaríamos tener”.
Luego Cerutti se refirió a las políticas de exportación de la Argentina y dijo: “Hicimos de todo para perder los mercados, hasta que los perdimos. Uruguay bajó un poquito el consumo y no se murió nadie por no consumir carne y hoy tienen carne para exportar, aumentaron el consumo per cápita y ganaron plata durante cinco años”.
El primer semestre de 2010 para la lechería fue muy bueno desde lo climático y desde los precios que recibió el productor, algo que varió en la segunda parte del año. Mientras que las proyecciones para 2011 se dividen entre algunos que piensan que será un muy buen año y otros que abren el paraguas a pesar de estar esperando las lluvias.
Para Iturraspe, “en este sector el panorama es más auspicioso” que para la carne. “La lechería está pasando por un buen momento, hay mucha demanda de leche en polvo y suero proteico desde el exterior”, argumenta.
“Desde todas partes hay interés por la leche argentina. Desde Brasil, China, Europa, todos quieren la leche argentina. Tenemos una posibilidad para la lechería que es muy buena. Pero aquí también es importante el factor climático ya que el tambo se hace a base de alfalfa y se necesita agua para que crezca y almacenar forraje y reservas para el invierno”, aclaró.
En tanto el presidente de la Federación de Centros Tamberos de Santa Fe, Gustavo Colombero, dijo que “el año pasado terminó complicado y el 2011 arranca de esa manera”.
“Fundamentalmente –explicó– intervienen dos factores: el climático y los precios. El clima todavía no nos está acompañando demasiado, ya que La Niña está instalada y el nivel de reservas no es óptimo, sobre todo en lo que refiere al maíz. En cuanto a los insumos necesarios para producir leche en cantidad y calidad, creo que vamos a estar muy por debajo de lo que fue el año pasado, que fue excepcional.
“El otro punto que yo veo complicado es que, si bien viene lentamente aumentando, el precio de la leche quedó muy retrasado. Primero porque hubo una fuerte baja en julio y agosto, que en su momento cuestionamos porque no encontramos motivo para que eso ocurriera, pero sucedió y hoy en algunos casos se están alcanzando los valores de ese momento. Pero en muy pocos casos”, aclaró.
En este punto, el productor también remarcó “el fuerte incremento en los costos de los insumos, fundamentalmente el del maíz y de la soja que son los elementos que se utilizan para producir más leche”.
“Hace unos meses pagábamos el expeller de soja (subproducto del poroto utilizado para alimentos balanceados) a 80 centavos y cobrábamos 1,50 pesos el litro. Hoy tenemos el expeller de soja a 1,30 pesos y estamos cobrando en una banda de 1,30 o 1,35 pesos”, graficó.
“De todas formas –agregó–, hoy lo más importante es que se acomode el tema climático porque para las reservas de maíz ya estamos llegando tarde. El daño, en mayor o menor medida, ya se produjo. Mientras que los precios se van a ir acomodando como pasa siempre: a menor oferta y mayor demanda, los precios vuelven a mejorar”.
La falta de diálogo entre el Gobierno y el campo luego del conflicto por la resolución 125, en 2008, también se presenta como uno de los principales escollos para establecer reglas de juego claras.
Colombero también mostró su molestia por no “estar pensando en un ordenamiento serio, con proyección a futuro para tener una lechería en serio, en crecimiento y que alcance para cubrir sobradamente un mercado interno y exportar. Eso es importante porque genera trabajo, divisas, entre otras cosas”.
El dirigente dijo que los precios al productor deberían ser mejores porque hay un mercado internacional y local que “están muy firmes”.
“A pesar de eso, hoy se está produciendo en la línea de los costos y, si alguien opina lo contrario, que lo demuestre”, desafió Colombero.
—¿Este año los consumidores van a tener que pagar más cara la leche?
—Esto me canso de decirlo, pero lo voy a repetir. En la medida en que se redistribuya más equitativamente lo que ya está sobre la mesa, el consumidor no debería recibir ningún aumento. Porque esto no da para más. Hoy una leche de primera calidad, en cajita, tiene un costo de entre 5 y 6 pesos. Si los productores estamos cobrando por la mejor calidad entre 1,25 y 1,35 pesos, me parece que hay margen suficiente como para que les cierre a todos.
—Suena a utopía reacomodar los precios sin afectar al consumidor.
—Esa es la pregunta del millón. Porque con la industria se habla y ellos dicen que no son los responsables; con la comercialización y la distribución no se habla nunca; y el Estado nunca resignó nada de todo lo que participa con los impuestos. Por eso siempre son perjudicados los dos extremos débiles de la cadena como los productores y los consumidores. Al que produce, no se le puede bajar más, es más, hay que aumentarle; y al que consume no se le puede aumentar más. Con sano criterio, redistribuyendo, no veo motivos para que aumente el precio al consumidor.
Agenciafe
La histórica sequía que sufrió la Argentina durante 2008 y parte de 2009 afectó directamente la producción agrícola ganadera reduciendo los stocks de animales y las reservas de pasturas para su alimentación.
La falta de oferta y una demanda sostenida en el mercado interno tuvieron como resultado un notorio incremento en los precios de la carne, la leche y sus derivados durante 2010. Llámese inflación o reacomodamiento de precios –según desde dónde se lo mire– el poder adquisitivo de los argentinos se vio afectado.
Hoy, los commodities en el mundo tienen precios soñados y eso llena de optimismo al sector. Sin embargo, la llegada de La Niña empieza a poner un manto de dudas sobre lo beneficiosa que resultará la temporada.
Hugo Iturraspe, presidente de la Sociedad Rural de Santa Fe, se refirió a cómo ese fenómeno podría afectar a la producción de carne. “Ahí influye muchísimo porque los animales necesitan proveerse de pasto. Las especies forrajeras salen cuando hay humedad y si no llueve, el pasto no se desarrolla. Una vaca que no está bien alimentada, después tiene problemas para quedar preñada”, dijo.
“Lógicamente, el desarrollo de los novillos también va a ser afectado ya que al no comer bien, el engorde se va a demorar”, agregó.
Al ser consultado sobre las tendencias en los precios al consumidor, Iturraspe señaló que “no van a ser favorables” porque hay “una escasa oferta de hacienda”.
“Los productores están reteniendo vientres para recuperar un poco del stock que se perdió en los últimos dos años a raíz de las malas políticas y de la sequía que hubo. Por eso creo que va a haber menos oferta y precios más altos”, dijo.
Por su parte, el presidente de Coninagro Santa Fe, Roberto Cerutti, aseguró: “La carne va a tomar su nivel, se va a reducir un poco más el consumo y desde mi punto de vista va a bajar un poco el precio del novillo en pie, eso no quiere decir que vaya a bajar la carne en las carnicerías.
“Durante cinco años –continuó– el productor tuvo que regalar su hacienda y la gente pagaba la carne a un precio interesante. Ahora el precio se escapó porque en el país no hay la cantidad de hacienda que necesitaríamos tener”.
Luego Cerutti se refirió a las políticas de exportación de la Argentina y dijo: “Hicimos de todo para perder los mercados, hasta que los perdimos. Uruguay bajó un poquito el consumo y no se murió nadie por no consumir carne y hoy tienen carne para exportar, aumentaron el consumo per cápita y ganaron plata durante cinco años”.
El primer semestre de 2010 para la lechería fue muy bueno desde lo climático y desde los precios que recibió el productor, algo que varió en la segunda parte del año. Mientras que las proyecciones para 2011 se dividen entre algunos que piensan que será un muy buen año y otros que abren el paraguas a pesar de estar esperando las lluvias.
Para Iturraspe, “en este sector el panorama es más auspicioso” que para la carne. “La lechería está pasando por un buen momento, hay mucha demanda de leche en polvo y suero proteico desde el exterior”, argumenta.
“Desde todas partes hay interés por la leche argentina. Desde Brasil, China, Europa, todos quieren la leche argentina. Tenemos una posibilidad para la lechería que es muy buena. Pero aquí también es importante el factor climático ya que el tambo se hace a base de alfalfa y se necesita agua para que crezca y almacenar forraje y reservas para el invierno”, aclaró.
En tanto el presidente de la Federación de Centros Tamberos de Santa Fe, Gustavo Colombero, dijo que “el año pasado terminó complicado y el 2011 arranca de esa manera”.
“Fundamentalmente –explicó– intervienen dos factores: el climático y los precios. El clima todavía no nos está acompañando demasiado, ya que La Niña está instalada y el nivel de reservas no es óptimo, sobre todo en lo que refiere al maíz. En cuanto a los insumos necesarios para producir leche en cantidad y calidad, creo que vamos a estar muy por debajo de lo que fue el año pasado, que fue excepcional.
“El otro punto que yo veo complicado es que, si bien viene lentamente aumentando, el precio de la leche quedó muy retrasado. Primero porque hubo una fuerte baja en julio y agosto, que en su momento cuestionamos porque no encontramos motivo para que eso ocurriera, pero sucedió y hoy en algunos casos se están alcanzando los valores de ese momento. Pero en muy pocos casos”, aclaró.
En este punto, el productor también remarcó “el fuerte incremento en los costos de los insumos, fundamentalmente el del maíz y de la soja que son los elementos que se utilizan para producir más leche”.
“Hace unos meses pagábamos el expeller de soja (subproducto del poroto utilizado para alimentos balanceados) a 80 centavos y cobrábamos 1,50 pesos el litro. Hoy tenemos el expeller de soja a 1,30 pesos y estamos cobrando en una banda de 1,30 o 1,35 pesos”, graficó.
“De todas formas –agregó–, hoy lo más importante es que se acomode el tema climático porque para las reservas de maíz ya estamos llegando tarde. El daño, en mayor o menor medida, ya se produjo. Mientras que los precios se van a ir acomodando como pasa siempre: a menor oferta y mayor demanda, los precios vuelven a mejorar”.
La falta de diálogo entre el Gobierno y el campo luego del conflicto por la resolución 125, en 2008, también se presenta como uno de los principales escollos para establecer reglas de juego claras.
Colombero también mostró su molestia por no “estar pensando en un ordenamiento serio, con proyección a futuro para tener una lechería en serio, en crecimiento y que alcance para cubrir sobradamente un mercado interno y exportar. Eso es importante porque genera trabajo, divisas, entre otras cosas”.
El dirigente dijo que los precios al productor deberían ser mejores porque hay un mercado internacional y local que “están muy firmes”.
“A pesar de eso, hoy se está produciendo en la línea de los costos y, si alguien opina lo contrario, que lo demuestre”, desafió Colombero.
—¿Este año los consumidores van a tener que pagar más cara la leche?
—Esto me canso de decirlo, pero lo voy a repetir. En la medida en que se redistribuya más equitativamente lo que ya está sobre la mesa, el consumidor no debería recibir ningún aumento. Porque esto no da para más. Hoy una leche de primera calidad, en cajita, tiene un costo de entre 5 y 6 pesos. Si los productores estamos cobrando por la mejor calidad entre 1,25 y 1,35 pesos, me parece que hay margen suficiente como para que les cierre a todos.
—Suena a utopía reacomodar los precios sin afectar al consumidor.
—Esa es la pregunta del millón. Porque con la industria se habla y ellos dicen que no son los responsables; con la comercialización y la distribución no se habla nunca; y el Estado nunca resignó nada de todo lo que participa con los impuestos. Por eso siempre son perjudicados los dos extremos débiles de la cadena como los productores y los consumidores. Al que produce, no se le puede bajar más, es más, hay que aumentarle; y al que consume no se le puede aumentar más. Con sano criterio, redistribuyendo, no veo motivos para que aumente el precio al consumidor.
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