Este gas tiene un enorme poder de conservación de los alimentos y alarga la vida útil de productos frescos.
Destruye gran cantidad de microorganismos: bacterias, virus, mohos o levaduras, que se forman a menudo en las superficies de los alimentos más comunes.
Dentro de las alternativas que existen en la actualidad para conservar a los alimentos, podemos encontrar productos químicos, sustancias y cámaras, pero ninguna es tan eficaz como lo es el ozono.
El ozono, además de tener una excelente eficacia en la conservación de los alimentos, supone una mejora de las propiedades nutricionales. Es muy eficaz como desinfectante y conservante para productos como la carne, el pescado, el marisco, las frutas, las hortalizas, los quesos o los huevos, entre otros.
En el caso de que se utilicen productos químicos, éstos pueden alterar el estado natural de los alimentos y no es una situación muy buena. En el caso de las cámaras, debemos decir que el frio es buen instrumento para conservar los alimentos, sin embargo, el frio no elimina a los microorganismos sino que los paraliza y enquista recobrando nuevamente vida cuando las condiciones se modifican.
Su uso en los productos cárnicos implica que por su elevado contenido en grasas y proteínas, y el pescado son alimentos muy perecederos. Se deben conservar a temperaturas bajas, aunque su efecto en los patógenos no es determinante, es decir, el frío no los mata, sino que los letarga hasta que se retiran del frigorífico o del congelador.
Con el uso del ozono se destruyen por completo y se garantiza una asepsia total. Como en los vegetales, el contacto con el gas debe realizarse desde el primer momento después del sacrificio y durante todo el transporte y posterior conservación.
Además es importante resaltar que el ozono es un gas con una facilidad de obtención característica, lo que supone unos costes mucho menores que en el caso de otros productos con la misma finalidad, y está reconocido como el microbicida más eficaz de todos los actuales.
Este tratamiento podría ser la mejor alternativa a los métodos llevados a cabo hoy en día, basados en la aplicación de rayos ultravioleta o el uso de productos químicos para lograr una total desinfección, sobre todo en vegetales. La aplicación de ozono es inocua y posible en una amplia gama de productos.
Consumer
Destruye gran cantidad de microorganismos: bacterias, virus, mohos o levaduras, que se forman a menudo en las superficies de los alimentos más comunes.
Dentro de las alternativas que existen en la actualidad para conservar a los alimentos, podemos encontrar productos químicos, sustancias y cámaras, pero ninguna es tan eficaz como lo es el ozono.
El ozono, además de tener una excelente eficacia en la conservación de los alimentos, supone una mejora de las propiedades nutricionales. Es muy eficaz como desinfectante y conservante para productos como la carne, el pescado, el marisco, las frutas, las hortalizas, los quesos o los huevos, entre otros.
En el caso de que se utilicen productos químicos, éstos pueden alterar el estado natural de los alimentos y no es una situación muy buena. En el caso de las cámaras, debemos decir que el frio es buen instrumento para conservar los alimentos, sin embargo, el frio no elimina a los microorganismos sino que los paraliza y enquista recobrando nuevamente vida cuando las condiciones se modifican.
Su uso en los productos cárnicos implica que por su elevado contenido en grasas y proteínas, y el pescado son alimentos muy perecederos. Se deben conservar a temperaturas bajas, aunque su efecto en los patógenos no es determinante, es decir, el frío no los mata, sino que los letarga hasta que se retiran del frigorífico o del congelador.
Con el uso del ozono se destruyen por completo y se garantiza una asepsia total. Como en los vegetales, el contacto con el gas debe realizarse desde el primer momento después del sacrificio y durante todo el transporte y posterior conservación.
Además es importante resaltar que el ozono es un gas con una facilidad de obtención característica, lo que supone unos costes mucho menores que en el caso de otros productos con la misma finalidad, y está reconocido como el microbicida más eficaz de todos los actuales.
Este tratamiento podría ser la mejor alternativa a los métodos llevados a cabo hoy en día, basados en la aplicación de rayos ultravioleta o el uso de productos químicos para lograr una total desinfección, sobre todo en vegetales. La aplicación de ozono es inocua y posible en una amplia gama de productos.
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