Un equipo de científicos descubrió que los ácidos grasos omega-3 podrían mejorar, sin riesgos, la terapia con tamoxifeno a la que se someten las mujeres que sufren cáncer de mama. Al parecer, el omega-3 tiene un efecto beneficioso a nivel genético, que hace que los tumores sean más susceptibles a la medicación.
Los investigadores, liderados por el doctor Andrea Manni, de la Universidad del Estado de Pensilvania, realizaron experimentos con ratas a las que les provocaron tumores mamarios y luego las dividieron en cuatro grupos. Durante ocho semanas, las ratas fueron alimentadas con una dieta con un contenido del 17% de aceite de pescado, con o sin tamoxifeno; y otras con un con una dieta con un 20% de contenido de aceite de maíz, con o sin tamoxifeno.
El tamoxifeno es una droga que se utiliza para tratar el cáncer de mama y reducir el riesgo de desarrollo de este tipo de cáncer en mujeres con más probabilidad de que esto suceda. La droga interfiere con la actividad del estrógeno femenino, explica el Dr. Jose Ruso, director del Laboratorio de Investigación de Cáncer Mamario del Centro Fox Chase Cancer y uno de los investigadores que participó en el estudio.
Los investigadores concluyeron que las ratas alimentadas con ácidos grasos omega-3 experimentaron una gravedad menor en comparación con las ratas alimentadas con aceite de maíz. También determinaron que una dieta que combina aceite de pescado y tamoxifeno reduce la expresión de los genes que se sabe producen el crecimiento tumoral y la diseminación de células cancerosas, informa United Press International.
Al analizar los tumores, los resultados demostraron que los ácidos grasos omega-3 del aceite de pescado administrado a las ratas fomentaban la actividad de los genes que estimulan la especialización celular o la diferenciación. Esta actividad indica un efecto útil para combatir el cáncer, dado que las células cancerígenas son mayormente no diferenciadas.
“Si se trata un tumor con tamoxifeno, el agregado de una dieta con ácidos grasos omega-3 parece lograr que el tumor, al menos a nivel molecular, sea más benigno y menos agresivo, y más receptivo al tamoxifeno”, precisa Ruso.
Al mismo tiempo, los científicos advirtieron que es necesario realizar más estudios para investigar los efectos del aceite de pescado en el sistema inmune. Si bien los ácidos grasos omega-3 fortalecen los genes activos en las defensas inmunes contra el cáncer, también parecen estimular genes que disparan respuestas inmunes negativas –como inflamación y respuestas alérgicas-, que pueden provocar cáncer.
Los hallazgos del grupo fueron presentados en la 102a reunión anual de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer de Orlando, Florida.
Los investigadores están estudiando ahora si una dieta con contenido de ácidos grasos omega-3 puede prevenir el cáncer en animales y los efectos de la dieta en mujeres con riesgo de desarrollar cáncer de mama, informa ScienceDaily.
En Estados Unidos, el cáncer de mama es el segundo tipo de cáncer más común en las mujeres. Cada año se diagnostican más de 200.000 casos.
Natalia Real
Los investigadores, liderados por el doctor Andrea Manni, de la Universidad del Estado de Pensilvania, realizaron experimentos con ratas a las que les provocaron tumores mamarios y luego las dividieron en cuatro grupos. Durante ocho semanas, las ratas fueron alimentadas con una dieta con un contenido del 17% de aceite de pescado, con o sin tamoxifeno; y otras con un con una dieta con un 20% de contenido de aceite de maíz, con o sin tamoxifeno.
El tamoxifeno es una droga que se utiliza para tratar el cáncer de mama y reducir el riesgo de desarrollo de este tipo de cáncer en mujeres con más probabilidad de que esto suceda. La droga interfiere con la actividad del estrógeno femenino, explica el Dr. Jose Ruso, director del Laboratorio de Investigación de Cáncer Mamario del Centro Fox Chase Cancer y uno de los investigadores que participó en el estudio.
Los investigadores concluyeron que las ratas alimentadas con ácidos grasos omega-3 experimentaron una gravedad menor en comparación con las ratas alimentadas con aceite de maíz. También determinaron que una dieta que combina aceite de pescado y tamoxifeno reduce la expresión de los genes que se sabe producen el crecimiento tumoral y la diseminación de células cancerosas, informa United Press International.
Al analizar los tumores, los resultados demostraron que los ácidos grasos omega-3 del aceite de pescado administrado a las ratas fomentaban la actividad de los genes que estimulan la especialización celular o la diferenciación. Esta actividad indica un efecto útil para combatir el cáncer, dado que las células cancerígenas son mayormente no diferenciadas.
“Si se trata un tumor con tamoxifeno, el agregado de una dieta con ácidos grasos omega-3 parece lograr que el tumor, al menos a nivel molecular, sea más benigno y menos agresivo, y más receptivo al tamoxifeno”, precisa Ruso.
Al mismo tiempo, los científicos advirtieron que es necesario realizar más estudios para investigar los efectos del aceite de pescado en el sistema inmune. Si bien los ácidos grasos omega-3 fortalecen los genes activos en las defensas inmunes contra el cáncer, también parecen estimular genes que disparan respuestas inmunes negativas –como inflamación y respuestas alérgicas-, que pueden provocar cáncer.
Los hallazgos del grupo fueron presentados en la 102a reunión anual de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer de Orlando, Florida.
Los investigadores están estudiando ahora si una dieta con contenido de ácidos grasos omega-3 puede prevenir el cáncer en animales y los efectos de la dieta en mujeres con riesgo de desarrollar cáncer de mama, informa ScienceDaily.
En Estados Unidos, el cáncer de mama es el segundo tipo de cáncer más común en las mujeres. Cada año se diagnostican más de 200.000 casos.
Natalia Real