Investigadores del centro tecnológico vasco Gaiker-IK4 y de otros institutos de investigación de México y Portugal trabajan en el desarrollo de un envase para alimentos con propiedades antimicrobianas y antioxidantes fabricado a partir de residuos de crustáceos.
Los científicos buscan que este nuevo envase, hecho con elementos extraídos del exoesqueleto de los camarones, prolongue la vida de los alimentos, preservando sus propiedades originales.
Este proyecto internacional está liderado por científicos del Instituto Tecnológico de Sonora, de México.
Participan también el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo y la empresa Bioderpac, ambas de México; la Universidad de Santiago de Compostela, de España; y el Instituto Nacional de Salud Dr. Ricardo Jorge, de Portugal.
El innovador envase es de un material que contiene moléculas de quitosano y astaxantina, que tienen capacidad antimicrobiana y antioxidante, respectivamente.
Estos agentes se obtienen a partir de la cabeza y del exoesqueleto del camarón, mediante la extracción y purificación tras una fermentación láctica.
Más adelante, dichos compuestos se incorporan a matrices plásticas de polietileno y poliamida para preparar los envases activos.
El quitosano se obtiene a partir de la quitina, que es un elemento estructural en el exoesqueleto de los crustáceos, como los camarones, cangrejos y langostas, entre otros.
En tanto, la astaxantina es un pigmento de color rojo presente de forma natural en gran variedad de organismos vivos. Es un potente antioxidante con una capacidad unas 500 veces mayor que la de la vitamina E y unas 10 veces mayor que la vitamina A.
El proyecto de investigación, que comenzó en agosto de 2009 y durará dos años, cuenta con financiación de la Unión Europea a través del Fondo de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología.
Analia Murias
Los científicos buscan que este nuevo envase, hecho con elementos extraídos del exoesqueleto de los camarones, prolongue la vida de los alimentos, preservando sus propiedades originales.
Este proyecto internacional está liderado por científicos del Instituto Tecnológico de Sonora, de México.
Participan también el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo y la empresa Bioderpac, ambas de México; la Universidad de Santiago de Compostela, de España; y el Instituto Nacional de Salud Dr. Ricardo Jorge, de Portugal.
El innovador envase es de un material que contiene moléculas de quitosano y astaxantina, que tienen capacidad antimicrobiana y antioxidante, respectivamente.
Estos agentes se obtienen a partir de la cabeza y del exoesqueleto del camarón, mediante la extracción y purificación tras una fermentación láctica.
Más adelante, dichos compuestos se incorporan a matrices plásticas de polietileno y poliamida para preparar los envases activos.
El quitosano se obtiene a partir de la quitina, que es un elemento estructural en el exoesqueleto de los crustáceos, como los camarones, cangrejos y langostas, entre otros.
En tanto, la astaxantina es un pigmento de color rojo presente de forma natural en gran variedad de organismos vivos. Es un potente antioxidante con una capacidad unas 500 veces mayor que la de la vitamina E y unas 10 veces mayor que la vitamina A.
El proyecto de investigación, que comenzó en agosto de 2009 y durará dos años, cuenta con financiación de la Unión Europea a través del Fondo de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología.
Analia Murias