domingo, 27 de febrero de 2011

Las vacas, más que una cuestión de proteínas

(NA) A nadie escapa que durante 2010 la Argentina sintió
la caída del rodeo nacional, en el marco de la larga serie de
regulaciones impuestas por el Gobierno, que mostró una y otra vez
su condición de gran interventor y árbitro.
   Las decisiones impactaron sobre las actividades de todos los
miles de  integrantes de los numerosos eslabones de la cadena
ganadera agroindustrial.
   Ahora, las vacas siguen atadas a decisiones tomadas en el
ámbito de los despachos oficiales, desde donde se condujo a la
ganadería a su drástica reducción, justamente a pocos días de
cumplirse un nuevo aniversario del cierre de las exportaciones
cárnicas dispuesto por el entonces presidente Néstor Kirchner
(marzo de 2006).
   No es cierto que, tal como se ha dicho últimamente desde
ámbitos oficiales, el decrecimiento de la Ganadería se debió a la
fuerte sequía y al corrimiento de la actividad por la Agricultura.
   Como demuestran las estadísticas, hasta ese 2006 la Ganadería
venía creciendo en vacas y exportaciones a la par de la
Agricultura, para demostrar que la Argentina tiene
potencialidades de sobra para crecer en ambos rubros.
   En este sentido, no debería ser un sueño trasnochado, sino una
realidad posible, pensar un país que, al mismo tiempo supere los
150 millones de toneladas de granos y multiplique su rodeo
vacuno.
   Para eso, las vacas necesitan algo más que pasto y con énfasis
se debe proponer "dejar andar la producción por un camino de
reglas claras y estables, promover las exportaciones y avanzar
hacia la simplificación fiscal, en un marco de equidad tributaria".
   Cuando se hacen propuestas para la Ganadería, no se desconoce 
que durante 2010 hubo una recomposición de precios.
   Pero no es menos cierto que una eventual recuperación del
stock ganadero nos conducirá, a mediano plazo, a una nueva
frustración y derrumbe de las cotizaciones, si sigue vigente el
actual esquema de intervención, cuya continuidad parece asegurada
con la creación de la Unidad de Coordinación y Evaluación de
Subsidios al Consumo Interno, en reemplazo de una ONCCA
desprestigiada por la falta de transparencia y denuncias de
corrupción.
   Además, se dijo hasta el cansancio, crecer en Ganadería no es
sólo una cuestión de proteínas o de rentabilidad para el productor.
   Es también una cuestión de importancia económica y social. Se
trata, en síntesis, de una actividad multiplicadora del trabajo
en otros innumerables rubros.
   También, como generadora de arraigo, se trata de una propuesta
para la consolidación demográfica. Donde hay vacas, hay gente:
son más de 200 mil productores ganaderos de todo tamaño,
distribuidos en gran parte del territorio nacional, como
eslabones de una cadena productiva, comercial e industrial que
involucra a casi dos millones de personas.
   Para finalizar, si se deja  andar la producción, la
Argentina está en condiciones de abastecer holgadamente al
mercado interno y reasumir su rol de líder agroexportador en el
mundo.
   Esto sería cumplir con la vocación productora y, al
mismo tiempo, multiplicar la generación de mejores oportunidades
para  los argentinos, en beneficio claro del bienestar general.
Alberto Larrañaga Secretario de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa, CARBAP.