(NA) -- Invertir tan sólo el 2 por
ciento del PIB mundial en diez sectores clave puede impulsar la
transición a una economía baja en carbono y con un uso más
eficiente de los recursos.
El nuevo informe del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas
para el medioambiente) demuestra que la transición
a una economía verde es posible invirtiendo el dos por ciento del
PIB mundial (en la actualidad en torno a 1,3 billones de dólares)
anualmente, a partir de ahora hasta 2050.
Se trata de enverdecer sectores fundamentales como la
agricultura, la construcción, la energía, la pesca, la
silvicultura, la industria, el turismo, el transporte, el agua y
la gestión de residuos.
Sin embargo, estas inversiones deben ser estimuladas, a través
de reformas en las políticas nacionales e internacionales.
Así lo informó la red Ecoticias.com.
Este oportuno informe, elaborado por especialistas a nivel
mundial e instituciones de países desarrollados y en desarrollo,
confirma que, en una economía verde, el crecimiento económico y
la sostenibilidad ambiental no son incompatibles.
Por el contrario, una economía verde fomenta el empleo y el
progreso económico y evita al mismo tiempo riesgos significativos
como los efectos del cambio climático, la escasez de agua y la
pérdida de servicios de los ecosistemas.
Enverdecer la economía no sólo genera crecimiento,
especialmente en términos de capital natural, sino que también
implica un crecimiento más elevado del PIB (Producto bruto
interno) y del PIB per capita.
En la simulación realizada para el informe sobre economía
verde, "bajo un escenario de inversión verde" se alcanzan tasas de
crecimiento anual más elevadas que el modelo actual en un plazo de
5-10 años.
Ese crecimiento económico se caracteriza por un evidente
desacoplamiento de los impactos ambientales.
Según las previsiones, la relación entre huella ecológica
mundial y biocapacidad disminuirá del 1,5 actual a menos de 1,2 en
2050 lo que la acerca mucho al limite de sostenibilidad, situado
en uno.
Si bien la demanda mundial de energía ascendería en cierta
manera, esta recuperaría los niveles actuales en 2050, lo cual
significa un 40 por ciento menos del modelo vigente, gracias a
avances notables en la eficiencia energética.
Según las previsiones, en un escenario de inversiones verdes
se reducirían de aproximadamente un tercio las emisiones de CO2
relacionadas con el consumo energético para 2050, tomadas como
referencia los niveles actuales.
La concentración de las emisiones en la atmósfera debe
mantenerse por debajo de 450 ppm en 2050 para tener alguna
posibilidad de limitar el calentamiento global a un máximo de
2˚C.
Una economía verde valora e invierte en el capital natural.
De este modo, una cuarta parte de las inversiones verdes
analizadas, el 0,5 por ciento del PIB, 325 miles de millones de
dólares se destina a sectores relacionados con el capital
natural: silvicultura, agricultura, agua dulce y pesca.
El valor añadido en el sector forestal será, en 2050, un 20
por ciento superior al obtenido con el modelo actual.
Las inversiones en agricultura verde, que oscilarán entre los
100.000 y los 300.000 millones de dólares anuales en el periodo
2010- 2050, permitirían mejorar la calidad del suelo e incrementar
los rendimientos de los principales cultivos en todo el mundo, con
lo que se obtendría un aumento del 10 % respecto a lo que pueden
ofrecer las estrategias de inversión actuales.
La mayor eficiencia de los sectores agrícola, industrial y
municipal implicaría una reducción de aproximadamente una quinta
parte de la demanda de agua para 2050, en comparación con la
tendencia actual.
De ese modo se reduciría la presión sobre el agua
subterránea y las aguas superficiales tanto a corto como a largo
plazo.
ciento del PIB mundial en diez sectores clave puede impulsar la
transición a una economía baja en carbono y con un uso más
eficiente de los recursos.
El nuevo informe del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas
para el medioambiente) demuestra que la transición
a una economía verde es posible invirtiendo el dos por ciento del
PIB mundial (en la actualidad en torno a 1,3 billones de dólares)
anualmente, a partir de ahora hasta 2050.
Se trata de enverdecer sectores fundamentales como la
agricultura, la construcción, la energía, la pesca, la
silvicultura, la industria, el turismo, el transporte, el agua y
la gestión de residuos.
Sin embargo, estas inversiones deben ser estimuladas, a través
de reformas en las políticas nacionales e internacionales.
Así lo informó la red Ecoticias.com.
Este oportuno informe, elaborado por especialistas a nivel
mundial e instituciones de países desarrollados y en desarrollo,
confirma que, en una economía verde, el crecimiento económico y
la sostenibilidad ambiental no son incompatibles.
Por el contrario, una economía verde fomenta el empleo y el
progreso económico y evita al mismo tiempo riesgos significativos
como los efectos del cambio climático, la escasez de agua y la
pérdida de servicios de los ecosistemas.
Enverdecer la economía no sólo genera crecimiento,
especialmente en términos de capital natural, sino que también
implica un crecimiento más elevado del PIB (Producto bruto
interno) y del PIB per capita.
En la simulación realizada para el informe sobre economía
verde, "bajo un escenario de inversión verde" se alcanzan tasas de
crecimiento anual más elevadas que el modelo actual en un plazo de
5-10 años.
Ese crecimiento económico se caracteriza por un evidente
desacoplamiento de los impactos ambientales.
Según las previsiones, la relación entre huella ecológica
mundial y biocapacidad disminuirá del 1,5 actual a menos de 1,2 en
2050 lo que la acerca mucho al limite de sostenibilidad, situado
en uno.
Si bien la demanda mundial de energía ascendería en cierta
manera, esta recuperaría los niveles actuales en 2050, lo cual
significa un 40 por ciento menos del modelo vigente, gracias a
avances notables en la eficiencia energética.
Según las previsiones, en un escenario de inversiones verdes
se reducirían de aproximadamente un tercio las emisiones de CO2
relacionadas con el consumo energético para 2050, tomadas como
referencia los niveles actuales.
La concentración de las emisiones en la atmósfera debe
mantenerse por debajo de 450 ppm en 2050 para tener alguna
posibilidad de limitar el calentamiento global a un máximo de
2˚C.
Una economía verde valora e invierte en el capital natural.
De este modo, una cuarta parte de las inversiones verdes
analizadas, el 0,5 por ciento del PIB, 325 miles de millones de
dólares se destina a sectores relacionados con el capital
natural: silvicultura, agricultura, agua dulce y pesca.
El valor añadido en el sector forestal será, en 2050, un 20
por ciento superior al obtenido con el modelo actual.
Las inversiones en agricultura verde, que oscilarán entre los
100.000 y los 300.000 millones de dólares anuales en el periodo
2010- 2050, permitirían mejorar la calidad del suelo e incrementar
los rendimientos de los principales cultivos en todo el mundo, con
lo que se obtendría un aumento del 10 % respecto a lo que pueden
ofrecer las estrategias de inversión actuales.
La mayor eficiencia de los sectores agrícola, industrial y
municipal implicaría una reducción de aproximadamente una quinta
parte de la demanda de agua para 2050, en comparación con la
tendencia actual.
De ese modo se reduciría la presión sobre el agua
subterránea y las aguas superficiales tanto a corto como a largo
plazo.