viernes, 11 de febrero de 2011

Caída en precio de hacienda recortó poder de compra de los engordadores

(NA) -- La caída en el precio de la
hacienda, a lo que se agrega la suba en el valor del maíz,
recortó el poder de compra de los engordadores, ya que sólo pueden
pagar 9 a 9,5 pesos por kilo.         
   Durante enero se habría acelerado el vaciado de los feedlots
(engorde a corral), sostuvo Ignacio Iriarte, analista del mercado
ganadero.
   La caída en el precio del gordo, operada desde mediados de
diciembre, agregada a la suba del maíz y del pellet del 20 al 25
por ciento en 60 días, recortó drásticamente el poder de compra de
los corrales.
   Los feedlots pasaron a ofertar por el ternero en las últimas
semanas sólo 9 a 9,50 pesos por kilo, con criadores que se
resisten a vender por debajo de los 10 pesos.
   "La experiencia fallida de fin de año, cuando los precios del
gordo no sólo no subieron como se esperaba sino que bajaron, dejó
a muchos encierres con fuertes pérdidas; con todos los lotes de
terneros comprados en la primavera (en plena euforia), y que se
pagaron entre 12 y 13 pesos por kilo", indicó el especialista.
   En enero, además, los feedlots se encontraron con muy poca
oferta de invernada, producto de la época del año, de la falta de
ferias, de la gran cantidad de criadores que están de veraneo, y
de la resistencia de los vendedores a aceptar una baja tan fuerte
en el valor de la invernada, que perdió 25 por ciento de su precio
en menos de 60 días.
   Salvo algunos casos muy puntuales, que es el de los
frigoríficos, matarifes o supermercados que tienen corrales
propios, en la gran mayoría de los casos durante enero se ha
repuesto muy poco.
   "Por lo que no sería extraño que el índice de ocupación que
elabora la Cámara de Engordadores mostrara a principios de febrero
un porcentaje de sólo 42 a 44 por ciento", señaló Iriarte a un
matutino cordobés.
   Analizó que el negocio fue rentable durante buena parte de
2010, porque la relación carne-grano era muy favorable.
   Pero en las últimas semanas, con la baja del gordo y la suba
del alimento, "los números se han vuelto muy finitos: por la
escasez de invernada no se ha podido transferir al precio de esta
categoría el menor poder de compra que tienen desde hace unas
semanas".
   Con el costo de un kilo ganado en los corrales que arranca en
los seis pesos, para el caso de los más eficientes o los que están
integrados con el comercio de granos, y que llega hasta siete
cuando los feedlots deben comprar todos los alimentos, los
engordadores vuelven a poner sus esperanzas en recuperar la
rentabilidad.
   Esperan que el precio del ternero de invernada baje lo
suficiente como para que los precios del gordo y el de la
invernada por lo menos se igualen.
   "Todo podría mejorar para los engordadores, si los precios del
gordo en febrero-marzo suben, "como consecuencia de los malos
engordes pastoriles que se están dando y del acelerado vaciamiento
de los feedlots", precisó.