Balance: en 2010 alcanzó 11,8 millones de cabezas, la peor desde 2002. La reducción fue de 26,5 por ciento en relación con 2009
Durante el año pasado, la faena de bovinos a nivel nacional alcanzó 11,81 millones de cabezas, el nivel más bajo de los últimos ocho años, de acuerdo con el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra). Según el reporte, hay que remontarse a las crisis de 2001-2002 para encontrar guarismos similares.
La caída anual fue de 26,5 por ciento y en términos absolutos implicó la faena de 4,25 millones de cabezas menos.
En el último mes del año, la faena volvió a quedar levemente por debajo de las 900 mil cabezas y de este modo la actividad frigorífica vacuna cerró el peor trimestre de la última década (2,7 millones de cabezas).
“Lo que sucedió durante 2010 era fácil de prever, debido a que desde el otoño de 2006 en adelante el Gobierno nacional implementó una política antiganadera, la cual le restó sentido económico a la cría de hacienda. Sólo era cuestión de tiempo para que esto se reflejara en los mercados de hacienda y de carne vacuna”, sostienen desde la cámara empresaria.
Retracción. En este escenario, los más perjudicados fueron el consumo interno y la exportación. La demanda doméstica de carne vacuna por habitante cayó 14 por ciento anual, ubicándose a un nivel de 58,8 kilos/habitante/año, luego de haber promediado los 68,4 kilogramos/año en los dos ejercicios anteriores.
Tal fue el impacto de la escasez de carne vacuna que en 2010 se registró el menor consumo por habitante de carne vacuna desde 2002 (57,8 kilos/año), cuando la crisis doméstica hizo caer abruptamente el poder de compra.
Las exportaciones de carne vacuna en 2010 descendieron 54,3 por ciento anual: a sólo 191.759 toneladas. En cuanto a las menudencias y vísceras, el volumen total colocado en el exterior fue de 110.699 tonelada, lo que arrojó una caída de 27,1 por ciento anual, porcentaje casi idéntico a la caída de la faena total.
La buena noticia la dio la cotización. El precio promedio registró una mejora de 39 por ciento anual, lo que moderó parcialmente la retracción de los volúmenes exportados. Los ingresos por cortes Hilton fueron de 333,2 millones de dólares FOB. “Afortunadamente, el sistema de precios se encarga de enviar las señales necesarias y, entonces, la creciente escasez de hacienda para enviar a faena hizo que finalmente el precio del kilo en pie aumentara sensiblemente a partir de la primavera de 2009 y, con ello, que el ciclo ganadero ingresara en una nueva etapa de retención de vientres. Entonces, si el proceso no se interrumpe, recién a partir de 2014 podremos contar nuevamente con un paulatino aumento de la actividad frigorífica y capacidades de consumo doméstico y de exportación”, proyecta la entidad que agrupa a frigoríficos de la provincia de Buenos Aires.
Durante 2010, la producción de carne vacuna alcanzó 2,614 millones de toneladas, lo que significó una disminución de 22,6 por ciento anual y una caída de un poco más de 760 mil toneladas en relación con 2009.
Para tener una idea de la magnitud de la contracción, el volumen de producción es similar al obtenido en 2003, cuando la población argentina era 6,3 por ciento menor a la actual, precisó el informe.
La Voz del Interior, CórdobaDurante el año pasado, la faena de bovinos a nivel nacional alcanzó 11,81 millones de cabezas, el nivel más bajo de los últimos ocho años, de acuerdo con el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra). Según el reporte, hay que remontarse a las crisis de 2001-2002 para encontrar guarismos similares.
La caída anual fue de 26,5 por ciento y en términos absolutos implicó la faena de 4,25 millones de cabezas menos.
En el último mes del año, la faena volvió a quedar levemente por debajo de las 900 mil cabezas y de este modo la actividad frigorífica vacuna cerró el peor trimestre de la última década (2,7 millones de cabezas).
“Lo que sucedió durante 2010 era fácil de prever, debido a que desde el otoño de 2006 en adelante el Gobierno nacional implementó una política antiganadera, la cual le restó sentido económico a la cría de hacienda. Sólo era cuestión de tiempo para que esto se reflejara en los mercados de hacienda y de carne vacuna”, sostienen desde la cámara empresaria.
Retracción. En este escenario, los más perjudicados fueron el consumo interno y la exportación. La demanda doméstica de carne vacuna por habitante cayó 14 por ciento anual, ubicándose a un nivel de 58,8 kilos/habitante/año, luego de haber promediado los 68,4 kilogramos/año en los dos ejercicios anteriores.
Tal fue el impacto de la escasez de carne vacuna que en 2010 se registró el menor consumo por habitante de carne vacuna desde 2002 (57,8 kilos/año), cuando la crisis doméstica hizo caer abruptamente el poder de compra.
Las exportaciones de carne vacuna en 2010 descendieron 54,3 por ciento anual: a sólo 191.759 toneladas. En cuanto a las menudencias y vísceras, el volumen total colocado en el exterior fue de 110.699 tonelada, lo que arrojó una caída de 27,1 por ciento anual, porcentaje casi idéntico a la caída de la faena total.
La buena noticia la dio la cotización. El precio promedio registró una mejora de 39 por ciento anual, lo que moderó parcialmente la retracción de los volúmenes exportados. Los ingresos por cortes Hilton fueron de 333,2 millones de dólares FOB. “Afortunadamente, el sistema de precios se encarga de enviar las señales necesarias y, entonces, la creciente escasez de hacienda para enviar a faena hizo que finalmente el precio del kilo en pie aumentara sensiblemente a partir de la primavera de 2009 y, con ello, que el ciclo ganadero ingresara en una nueva etapa de retención de vientres. Entonces, si el proceso no se interrumpe, recién a partir de 2014 podremos contar nuevamente con un paulatino aumento de la actividad frigorífica y capacidades de consumo doméstico y de exportación”, proyecta la entidad que agrupa a frigoríficos de la provincia de Buenos Aires.
Durante 2010, la producción de carne vacuna alcanzó 2,614 millones de toneladas, lo que significó una disminución de 22,6 por ciento anual y una caída de un poco más de 760 mil toneladas en relación con 2009.
Para tener una idea de la magnitud de la contracción, el volumen de producción es similar al obtenido en 2003, cuando la población argentina era 6,3 por ciento menor a la actual, precisó el informe.
