De acuerdo con Marion Nestle, experta en nutrición y políticas públicas, las nuevas Directrices Dietéticas para los Estadounidenses están siendo demasiado influenciados por intereses políticos, aunque afirma que el mensaje a los consumidores es muy apropiado.
Por primera vez, las Guías Alimentarias para los estadounidenses de 2010 abordan el problema de la obesidad, reconociendo que el consumo excesivo es un problema para la mayoría de la población de los EE.UU.
Pero para la industria alimentaria, el mensaje de comer menos es potencialmente problemático.
Marion Nestle, profesora del departamento de nutrición, estudios de la alimentación y salud pública en la Universidad de Nueva York afirma que la política subyacente le preocupa.
Afirma sentirse engañada en gran medida acerca de lo que estaban haciendo, porque las primeras recomendaciones que enseñan son las del público en general.
Lo correcto para el público es necesariamente ofensivo para la industria alimentaria
Estas recomendaciones iniciales se resumen en una sola hoja de papel, encabezada con el mensaje de que los consumidores no deben disfrutar de su comida, sino que simplemente deben comer menos.
Sostiene que el documento completo en sí realmente dice lo mismo que las Guías Alimentarias de 2005, pero sólo lo hace de una manera más clara.
No censura alimentos, no señala a la industria. Solo advierte en genérico.
Añadió que evita molestar sectores de la industria alimentaria, sin embargo, al poner de relieve componentes de los alimentos en lugar de señalar alimentos en particular.
Señala que cuando las guías hablan de lo que se supone que se debe comer más, hablan de comida, pero que cuando hablan de lo que se supone que se debe comer menos, es menos claro, y habla de los SOFAS, acrónimo para las grasas sólidas y los azúcares
Sostiene sentirse decepcionada, porque considera que los mensajes seleccionados para los consumidores eran “realmente fantásticos”.
Los más afectados: La industria de alimentos.
Sin embargo, dijo que la industria de alimentos podían ser los más afectados por las nuevas directrices.
Afirma que obliga a la industria alimentaria a hacer cosas, y que va a estimular a las escuelas para ir más en dirección a los vegetales, y hay un montón de dinero en eso.
Afirma que las compañías de alimentos procesados que suministran alimentos a las escuelas o a los programas de nutrición pública tendrán dificultades para cumplir con las directrices dietéticas.
Por primera vez, las Guías Alimentarias para los estadounidenses de 2010 abordan el problema de la obesidad, reconociendo que el consumo excesivo es un problema para la mayoría de la población de los EE.UU.
Pero para la industria alimentaria, el mensaje de comer menos es potencialmente problemático.
Marion Nestle, profesora del departamento de nutrición, estudios de la alimentación y salud pública en la Universidad de Nueva York afirma que la política subyacente le preocupa.
Afirma sentirse engañada en gran medida acerca de lo que estaban haciendo, porque las primeras recomendaciones que enseñan son las del público en general.
Lo correcto para el público es necesariamente ofensivo para la industria alimentaria
Estas recomendaciones iniciales se resumen en una sola hoja de papel, encabezada con el mensaje de que los consumidores no deben disfrutar de su comida, sino que simplemente deben comer menos.
Sostiene que el documento completo en sí realmente dice lo mismo que las Guías Alimentarias de 2005, pero sólo lo hace de una manera más clara.
No censura alimentos, no señala a la industria. Solo advierte en genérico.
Añadió que evita molestar sectores de la industria alimentaria, sin embargo, al poner de relieve componentes de los alimentos en lugar de señalar alimentos en particular.
Señala que cuando las guías hablan de lo que se supone que se debe comer más, hablan de comida, pero que cuando hablan de lo que se supone que se debe comer menos, es menos claro, y habla de los SOFAS, acrónimo para las grasas sólidas y los azúcares
Sostiene sentirse decepcionada, porque considera que los mensajes seleccionados para los consumidores eran “realmente fantásticos”.
Los más afectados: La industria de alimentos.
Sin embargo, dijo que la industria de alimentos podían ser los más afectados por las nuevas directrices.
Afirma que obliga a la industria alimentaria a hacer cosas, y que va a estimular a las escuelas para ir más en dirección a los vegetales, y hay un montón de dinero en eso.
Afirma que las compañías de alimentos procesados que suministran alimentos a las escuelas o a los programas de nutrición pública tendrán dificultades para cumplir con las directrices dietéticas.