jueves, 17 de febrero de 2011

Más de 30 toneladas diarias de langostino pasan por Puerto Rawson

Las capturas muestran un descenso porcentual de L1, aunque predominan L2 y L3. El recurso lo encuentran un poco más al sur y los mejores rendimientos se logran al norte de Isla Escondida. Ochenta barcos faenan en aguas de Chubut.
Esta temporada se parece, y mucho, a las mejores de los comienzos de la década pasada. En ello coinciden los armadores de la flota costera que siguen pescando langostino en proximidad de puerto Rawson. En las últimas semanas ha mermado un poco la cantidad de crustáceo obtenido por los barcos amarillos y artesanales, aunque el ritmo se mantiene constante entre marea y zarea, con un promedio de 30 toneladas diarias que se descargan en los tres muelles capitalinos.
El recurso ya no está, en sus mayores concentraciones, frente a Rawson sino un poco más abajo, y los mejores rindes de estos días se consiguieron al norte de Isla Escondida, refieren los capitanes de las embarcaciones que admiten en calificar a esta temporada como excelente en cuanto a capturas que se han mantenido constantes desde octubre a la fecha. También es cierto que la lógica del mercado impone que ante la abundancia del recurso y con la mayoría de las cámaras de frío de las empresas con un stock importante de langostino el precio exportable es difícil mantenerlo en los mismos niveles.
En cuanto a la talla que predomina en los desembarques, sigue siendo el mayor porcentaje el langostino del que se requieren entre 21/30 piezas para completar el kilo, mientras que hay una merma en la mejor talla, pero varía según el área donde se pesca.
Los armadores consultados coinciden en indicar que aproximadamente el 50 por ciento de lo que se está capturando pertenece a langostino L1, un 25 por ciento de L3 y un 20 por ciento de L1; tallas más chicas casi no aparece y la pesca incidental de otras especies es baja, o al menos no se la trae a puerto, ni quedan registros en las descargas.
El predominio de L1 que había a fines de diciembre y comienzos de enero fue variando progresivamente, aunque ahora la mayor parte del crustáceo que traen los buques es L2 y L3, en ese orden, que no obstante, sigue siendo de buena calidad. La información que se cruzan las tripulaciones señala que los mejores rendimientos están cada vez más al sur del puerto capitalino, pero al norte de Isla Escondida.
Las concentraciones del recurso se mantienen dentro de las doce millas que son jurisdicción de Chubut lo que le permite a los setenta buques con licencias de pesca provinciales, entre amarillos de hasta 21 metros de eslora y artesanales de hasta 9,90 metros de eslora, faenar en ese sector; y también hay otra decena de embarcaciones con autorizaciones precarias transitorias que están habilitadas técnicamente para algún tipo de pesca experimental de variado costero patagónico (VCP) que aprovechan el buen momento de la pesquería de langostino para sostener sus empresas.
La mitad de todo el langostino que se descargó en Puerto Rawson durante el año 2010 se pescó en octubre, noviembre y diciembre, un inicio de temporada optimo en niveles históricos para ese puerto. El año pasado los desembarques en Rawson sólo de langostino totalizaron 11.961 toneladas, mientras que en 2009 las descargas de todas las especies en ese puerto apenas habían superado las 8.000 toneladas, lo que grafica el impacto favorable que provocó.
Con la abundancia y el tamaño de langostino que aún encuentran, los armadores estiman que esta intensidad de faena se mantendrá un mes más, y sobre fines de marzo bajarían los rindes, según indica la experiencia de quienes tienen muchas temporadas en sus espaldas.
En otro orden, las empresas que operan habitualmente en el puerto advierten que debería comenzar a tomarse previsiones en cuanto a la infraestructura portuaria, teniéndose en cuenta que tiempos de tanta actividad ha comenzado a mostrar signos de deterioro en determinados sectores, tanto del muelle nuevo como del John Murray Thomas. Sabido es que cualquier obra demanda de un lapso importante de planificación y proyecto previo a su aprobación, lo cual hace necesario actuar con anticipación para evitar que las instalaciones pierdan capacidad operativa.
Nelson Saldivia