Latinoamérica puede ser parte de la solución de los elevados precios de los alimentos por su «enorme potencial» agrícola, según un informe distribuido el sábado último en la reunión de ministros de Finanzas de las Américas
El informe del Banco Mundial (BM) recuerda que los precios de los alimentos a nivel internacional subieron más del 43% desde junio de 2010, lo que hace temer una repetición de la crisis de 2008, cuando se disparó el coste de la comida.
Ante esa situación, Latinoamérica tiene capacidad para ampliar su producción dada la gran extensión de terrenos cultivables sin explotar y sus abundantes recursos hidráulicos, dijo el BM. El estudio señala que a nivel mundial hay 445,6 millones de hectáreas de tierra aptas para la expansión sostenible de cultivos, al tener un gran potencial agroecológico, no ser boscosas y contar con una densidad de población inferior a 25 habitantes por hectárea.
De ese total, el 28% está en Latinoamérica, más que en cualquier otra región, con la excepción de África, destaca el análisis del BM.
Según el organismo, el potencial de América Latina mejora cuando uno tiene en cuenta que el 36% de las hectáreas aptas para el cultivo está a tan sólo seis horas de distancia del mercado más próximo en la región. A eso se sumaría que una tercera parte de los recursos hidráulicos renovables a nivel mundial está en la zona.
Además, según el BM, «tras décadas de reformas», los incentivos al sector son de los menos artificiales del mundo.
Por el contrario, muchos países en África siguen gravando sus exportaciones agrícolas, mientras que las naciones en desarrollo en Asia siguieron el patrón del mundo industrializado y subvencionan su producción agrícola.
Pamela Cox, responsable del Banco Mundial para América Latina, que participó en la reunión ministerial en Calgary, explicó que para ser realmente competitiva, la región debe afrontar algunas deficiencias.
Mencionó como el mayor desafío el pobre sistema logístico y de transporte, que añade entre un 16% y un 25% al precio de los alimentos, frente al 9% de media en las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). «O sea que claramente los países necesitan hacer algo al respecto», explicó Cox, quien desaconsejó recurrir a subsidios, porque «son caros y no funcionan».
Según el BM, las inversiones en carreteras e infraestructuras portuarias, así como aduanas, y sistemas de almacenamiento y depósito, permitirían a la región estar mucho mejor posicionada para aprovechar al máximo su potencial.
Latinoamérica es un exportador neto de alimentos, al acaparar casi una tercera parte de las exportaciones mundiales de maíz, el 52% de las de soja, el 44% de las carne de res y el 42% de las de pollo, según las cifras del BM.
El 93% de la población latinoamericana vive en países exportadores de materias primas, lo que ha convertido el repunte reciente en una ventaja.
Aun así, la situación también presenta sus desafíos, ya que el 70% de la población vive en áreas urbanas y se perjudica del encarecimiento de la comida.
Para proteger a los sectores más vulnerables de la población, Cox aconsejó inyectar más dinero en los programas de transferencia condicionada de dinero, que vinculan la entrega de fondos al cumplimiento de ciertos objetivos como la asistencia escolar.
Ámbito Financiero
El informe del Banco Mundial (BM) recuerda que los precios de los alimentos a nivel internacional subieron más del 43% desde junio de 2010, lo que hace temer una repetición de la crisis de 2008, cuando se disparó el coste de la comida.
Ante esa situación, Latinoamérica tiene capacidad para ampliar su producción dada la gran extensión de terrenos cultivables sin explotar y sus abundantes recursos hidráulicos, dijo el BM. El estudio señala que a nivel mundial hay 445,6 millones de hectáreas de tierra aptas para la expansión sostenible de cultivos, al tener un gran potencial agroecológico, no ser boscosas y contar con una densidad de población inferior a 25 habitantes por hectárea.
De ese total, el 28% está en Latinoamérica, más que en cualquier otra región, con la excepción de África, destaca el análisis del BM.
Según el organismo, el potencial de América Latina mejora cuando uno tiene en cuenta que el 36% de las hectáreas aptas para el cultivo está a tan sólo seis horas de distancia del mercado más próximo en la región. A eso se sumaría que una tercera parte de los recursos hidráulicos renovables a nivel mundial está en la zona.
Además, según el BM, «tras décadas de reformas», los incentivos al sector son de los menos artificiales del mundo.
Por el contrario, muchos países en África siguen gravando sus exportaciones agrícolas, mientras que las naciones en desarrollo en Asia siguieron el patrón del mundo industrializado y subvencionan su producción agrícola.
Pamela Cox, responsable del Banco Mundial para América Latina, que participó en la reunión ministerial en Calgary, explicó que para ser realmente competitiva, la región debe afrontar algunas deficiencias.
Mencionó como el mayor desafío el pobre sistema logístico y de transporte, que añade entre un 16% y un 25% al precio de los alimentos, frente al 9% de media en las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). «O sea que claramente los países necesitan hacer algo al respecto», explicó Cox, quien desaconsejó recurrir a subsidios, porque «son caros y no funcionan».
Según el BM, las inversiones en carreteras e infraestructuras portuarias, así como aduanas, y sistemas de almacenamiento y depósito, permitirían a la región estar mucho mejor posicionada para aprovechar al máximo su potencial.
Latinoamérica es un exportador neto de alimentos, al acaparar casi una tercera parte de las exportaciones mundiales de maíz, el 52% de las de soja, el 44% de las carne de res y el 42% de las de pollo, según las cifras del BM.
El 93% de la población latinoamericana vive en países exportadores de materias primas, lo que ha convertido el repunte reciente en una ventaja.
Aun así, la situación también presenta sus desafíos, ya que el 70% de la población vive en áreas urbanas y se perjudica del encarecimiento de la comida.
Para proteger a los sectores más vulnerables de la población, Cox aconsejó inyectar más dinero en los programas de transferencia condicionada de dinero, que vinculan la entrega de fondos al cumplimiento de ciertos objetivos como la asistencia escolar.
Ámbito Financiero